FO92 - Futurenviro

Gestión y Tratamiento de Residuos | Waste Management & Treatment www.futurenviro.es | Julio-Septiembre July-September 2022 21 Nos bombardean con mensajes de crisis climática, lluvias torrenciales, desastres medioambientales, altas temperaturas que no van a bajar, subida del nivel del mar, extinción de algunas especies por culpa del cambio climático, etc. pero luego vemos titulares como “Los impuestos ambientales alcanzaron los 19.750 millones de euros en 2020, un 10,3% menos que en el año anterior”. No me malinterpreten, la crisis climática es real, al igual que la energética- Lo que pasa es que la crisis energética nos repercute en nuestro día a día y en nuestro bolsillo y por ello nos parece más real. La crisis climática solo la vemos unos días al año cuando hace mucho calor, cuando, de repente, lluvias torrenciales nos dejan sin cosecha o cae un granizo del tamaño de pelotas de tenis que rompe los cristales del coche. Pero, paradójicamente, parece que nos queda lejos, como si no fuera con nosotros, por lo menos para algunos de nosotros. Todos estamos viendo (y sufriendo) como suben los productos de necesidad básica y como el gobierno intenta pactar precios con las grandes superficies para frenar ese incremento. Pero ¿cómo se puede parar una subida de precio de productos cuando las empresas que los producen han visto aumentar las facturas de la luz hasta por seis? Para las empresas gestoras de residuos vienen, como para todos, tiempos difíciles; el encarecimiento de la energía es un problema directo en el coste de producción pero, todavía es peor que, por este encarecimiento, las empresas a las que les vendemos la materia prima secundaria dejen de comprarla porque paran la producción. La no venta es el peor de los escenarios para los gestores porque, si se vende a bajo precio, por lo menos, aunque se pierda, hay una rotación, pero la no venta puede suponer la ruina. Empezaremos a ver otra vez acumulaciones de materiales en las empresas gestoras de residuos con los riesgos que ello conlleva y, las salidas que encontramos, que muchas veces pasan por la exportación, están vetadas por las políticas de prohibición de exportación de residuos. We are bombarded with messages of climate crisis, torrential rains, environmental disasters, high temperatures that will not decrease, rising sea levels, the extinction of some species due to climate change, etc., but then we see headlines like “Environmental taxes total €19.75 billion in 2020, 10.3% less than the previous year”. Don’t get me wrong, the climate crisis is real, just like the energy crisis - it’s just that the energy crisis hits our daily lives and our pockets and, therefore, seems more real. We only see the climate crisis a few days a year, when it is very hot, when suddenly torrential rains leave us without a harvest or when hailstones the size of tennis balls shatter the windows of our cars. But paradoxically, the crisis seems distant, as though it were not here with us, at least for some of us. We are all seeing (and suffering) how the prices of basic necessities are rising and how the government is trying to negotiate prices with the large supermarkets to stop this. But how can you stop the price of products rising when the companies that produce them have seen their electricity bills rise by as much as sixfold? For waste management companies, as for all of us, difficult times are on the way; the increase in energy prices is a direct problem in terms of production costs. But even worse is the fact that, because of this increase in prices, the companies to which we sell the secondary raw materials stop buying them because they shut down production. The absence of sales is the worst scenario for waste managers because, if products are sold at a low price, even at a loss, at least there is turnover, but the absence of sales can mean bankruptcy. We will once again begin to see materials accumulating at waste management facilities, with all the risks that this entails, while the outlets that we do find, which often involve exporting, are vetoed by policies banning waste exports. Radical policies of bans with no alternatives. This is the reality. We agree that waste should not be sent to other countries, but there are countries that need the secondary raw materials. Even so, European policies seem to be dominated by radical environmental organisations that leave no room for economic development. The supposed reasoning behind this policy is to favour the internal European secondary raw materials market and, thus, reduce dependency on third countries. The aim is for manufacturing and production to take place within Europe, thus preventing crises such as that of the famous Chinese microchips. But the reality is that no matter how FISCALIDAD AMBIENTAL Y POLÍTICAS ERRÁTICAS ENVIRONMENTAL TAXES AND ERRATIC POLICIES

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