www.futurenviro.es | Julio-Septiembre July-September 2022 19 Gestión y Tratamiento de Residuos | Waste Management & Treatment que daría como resultado un compost de mala calidad condenado a ser depositado en un vertedero, tal y como lamentablemente ya ha sucedido. Quizás también haya olvidado el Ministerio que los ayuntamientos se rigen por la Ley de Contratos del Sector Público y que para la remodelación del servicio de recogida de una nueva fracción de residuos no sirve únicamente con la buena voluntad de las corporaciones locales, sino que éstas deben contar con una partida presupuestaria aprobada y seguir con diligencia los pasos que marca la ley. Nadie discute el fondo porque es absolutamente necesario que España incremente de forma exponencial sus tasas de reciclaje conforme a los objetivos europeos, pero sí es muy cuestionable la forma y las exigencias, delegando toda responsabilidad en los entes locales. La solidaridad municipal brilla por su ausencia. Por su parte, el impuesto a la valorización energética podría considerarse otra seria amenaza para el bolsillo de los contribuyentes. Conforme a la jerarquía europea de gestión de residuos, el vertedero constituye el último eslabón en la cadena debido a su negativo impacto para el medio ambiente y la salud pública. La valorización energética de la fracción no reciclable, tratamiento finalista ampliamente instaurado en los países europeos más avanzados y comprometidos con la protección del entorno, permite poner en valor, a través de su conversión en calor y electricidad, aquella parte de los desechos que, dadas sus características, no pueden ser reciclados. A esto se suma que, en el actual escenario de crisis energética, España no se puede permitir el lujo de enterrar energía en los vertederos porque, por más que todos coincidamos en la premisa de que es mejor reciclar que valorizar energéticamente, lo cierto es que una parte de los productos que se ponen en el mercado, no se pueden reciclar, pero su valorización energética también estará penalizada. ¿Cuál va a ser la solución? Pues la más fácil: sancionar a los concellos, y por ende a los ciudadanos, a través de las plantas de valorización energética, que han venido demostrando con creces su robustez, alta tecnología y riguroso control de su operativa, ya sometida a una legislación mucho más estricta que la que rige para otras plantas industriales. Rechazar la valorización energética de los residuos no reciclables denota una extraordinaria falta de conocimiento y de sensatez; evitar que ésta se expanda, una irresponsabilidad; y sancionarla, una clara incompetencia y escasa visión de futuro maquillada como decisión “ecológica”, cuando no es tal. A Europa me remito. n fraction is sorted properly in their homes and arrives at treatment plants in perfect condition for conversion into quality compost. Failure to do so means that all efforts will be in vain. The solution does not lie in doing things without method, through inertia and without prior planning, which results in a pointless process giving rise to poor quality compost condemned to be sent to landfill, as has, unfortunately, already been occurring. Perhaps the Ministry has also forgotten that local councils are governed by the Public Procurement Act and that remodelling the collection service to accommodate a new waste fraction entails not just the goodwill of local authorities. Municipalities must also have an approved budget allocation and comply diligently with the Public Procurement Act. No one is disputing the substance of the legislation. It is absolutely vital for Spain to increase its recycling rates exponentially in line with European targets, but the form and requirements are highly questionable, with all responsibility being delegated to local authorities. Solidarity with the municipalities is conspicuous by its absence. The energy recovery tax could be considered another serious threat to taxpayers’ pockets. Landfilling is the last resort in the European waste management hierarchy because of its negative impact on the environment and public health. Energy recovery is a final treatment widely used in the most advanced European countries in terms of commitment to environmental protection. It makes it possible to recover waste which, due its characteristics, cannot be recycled and convert this fraction into heat and electricity. Moreover, in the current energy crisis scenario, Spain cannot afford to bury energy in landfills. Although we all agree that recycling is preferable to energy recovery, the fact is that some products placed on the market cannot be recycled. But now, the recovery of these products in the form of energy is also to be penalised. What will the solution be? Well, the easiest solution is to penalise the municipalities, and therefore the citizens, through the energy recovery plants, which have more than proved their robustness, and the fact that they implement hightech processes and rigorous control of operations. And Waste-toEnergy facilities are already subject to much stricter legislation than other industrial plants. Rejecting energy recovery from unrecyclable waste is indicative of an extraordinary lack of knowledge and insight. Preventing the growth of energy recovery is irresponsible and sanctioning it is clearly an incompetent and short-sighted policy, dressed up as “ecological” decisiveness, when it is anything but. I look to Europe and rest my case. n Javier Domínguez Lino Presidente de Sogama President of Sogama
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