www.futurenviro.es | Junio-Julio June-July 2022 21 Smart Water | Smart Water poder generar las correspondientes alarmas tempranas, sino, también (fundamental), para poder generar su necesaria auditoría de contraste entre lo aportado a él en entrada/s, con lo correspondiente al registro aportado por el conjunto de todos los controles independientes que existan en él. Esta distribución en sectores, permitirá un análisis más eficiente y, por tanto, un beneficio general tanto para la correspondiente explotación (organización más eficiente y, por tanto, costes mucho más reducidos) como para cualquier usuario/cliente. El tercer paso viene dado por el necesario estudio de las presiones de suministro a cada sector, en aras a verificar si no se está suministrando con una presión más elevada de la necesaria y se puede reducir. Esa reducción redundará en un menor registro de agua individual (menos caudal para la misma apertura de “grifo” de usuario), pero bajará ostensiblemente los caudales de fugas, aumentará la vida útil de tuberías y elementos del sistema de red y, por tanto, reducirá la generación de averías. En conjunto, beneficio social y económico. Los sistemas reductores/reguladores, pueden establecerse demodo fijo, por consignas por períodos del día o por regulación en base a la curva de demanda, en cualquier momento. Nunca deben colocarse de modo previo al elemento de control/registro. Siempre de modo posterior para que cualquier incidencia (incluidas las fugas) en él pueda ser constatada desde el sistema de control de explotación, para actuar en tiempo y modo. La reducción/regulación de presiones a la baja, donde no es necesaria, es uno de los elementos de gestión más eficaz en la reducción del agua incontrolada. El cuarto paso vendría dado por la implementación de sistemas de pre localización distribuidos por el sector. Sistemas que, basados en la captación de ruido, permitan centrar una posible fuga (o incluso anomalía de ruido creada por aire ocluido) en un contexto geográfico reducido, de modo que la inspección sobre el terreno (con el experimentado, y competente, personal, siempre indispensable en último término), por medio de los sistemas más habituales (varillas de escucha, hidrófonos, “correladores”), permita una detección mucho más rápida (sin perder demasiado tiempo en revisiones generales por zonas exentas de posibles fugas… aunque deben hacerse periódicamente, pues pueden existir fugas de una entidad que no sea detectado su sonido) y, sobre todo, el marcaje del punto concreto para reducir los costes de obra civil errónea. Estos elementos de pre localización deben ser de tecnología adecuada, tanto para su eficiencia como para el envío de datos en remoto, al sistema central de control, si quiere evitarse la necesidad de recorridos in itinere, para obtener los datos directos y descargarlos posteriormente al sistema central. Pero también ofrece algo, vital, que se escapa a las Empresas de Servicio que gestionan su ámbito por ellas mismas (bien delegadas o subcontratadas o dirigidas por las propias entidades municipales). Lo analizamos a través de las siguientes preguntas: ¿Qué sucede con la gestión de las tuberías en alta? Estas tuberías, por su función, son, habitualmente, de grandes dimensionamientos, con sistemas de control en inicio (normalmente no suelen existir controles intermedios), suelen presentar importantes longitudes con válvulas distribuidas con largas separaciones, se consolidan por trazas en ubicaciones que pueden presentar problemas de accesos y suelen estar a profundidades notables en muchos puntos de sus trayectos (con la finalidad de reducir en proyecto/construcción, los puntos de protección frente al aire ocluido y la necesidad de puntos de vaciado para las intervenciones necesarias). Toda esta idiosincrasia, hace que la detección de fugas sea altamente problemática por los sistemas convencionales de detección, incluso si se disponen de sistemas intermedios que puedan determinar los tramos concretos, ya que estos siguen siendo muy elevados. without affecting other sectors and duly controlled not only to enable generation of early alarms, but also (fundamentally) to enable the necessary audit of comparisons between the water supplied at the inlet/s and the readings provided by all the independent control elements within the sector. This division of the system into sectors will enable more efficient analysis and, therefore, will be of general benefit to both the operator (more efficient organisation and therefore much lower costs) and all users/customers. The third step is to study the supply pressures to each sector, in order to verify whether water is being supplied at a higher pressure than necessary and to explore the possibilities of reducing the pressure. This reduction in pressure will result in a lower individual water readings (less flow for the same user “tap”opening). It will ostensibly reduce leakage flows, extend the service life of pipes and network system elements and, therefore, reduce the number of faults. Thus, the benefits are both social and economic. The pressure reducing/regulating systems can be established in a fixed mode, through set points for periods of the day or they can be regulated based on the demand curve at any given time. Such systems should never be installed upstream of the control/ metering element but always downstream so that any incidents (including leaks) can be detected by the operational control system and acted upon in a timely manner. In situations where the pressure implemented is higher than necessary, pressure reduction/regulation is one of the most effective management elements to reduce uncontrolled water losses. The fourth step would be the implementation of pre-location systems distributed throughout the sector. Systems which, based on noise capture, make it possible to locate a potential leak (or even a noise anomaly created by occluded air) in a smaller geographical context, so that on-site inspection (with experienced and competent personnel, who are always essential) by means of the most common systems (listening sticks, hydrophones, “correlators”) can be carried out. This enables much faster detection (without wasting too much time on general reviews in areas free of potential leaks… although such reviews should be done periodically, as there may be leaks where the sound is not detected) and, above all, the identification of the specific location in order to reduce the costs of imprecise civil works. The technology implemented by these pre-location elements must be adequate in terms of efficiency and the remote transmission of data to the central control system. This will do away with the need for personnel to travel to the site to obtain data directly and the corresponding need to input this data into the central system. But taking these steps also offers something vital that escapes the entities that manage their areas themselves (whether through delegation or subcontracting, or areas managed by the municipal entities themselves). We shall analyse it by addressing the following questions: What occurs in upstream pipe management? Due to their function, these pipes are typically of large dimensions, with control systems at the start of the line (there are usually no intermediate controls). The pipelines are normally of considerable length, with valves distributed at long intervals. They often run along routes in locations with potential access difficulties and pipes are often installed at considerable depths at many points along the pipeline route (in order to reduce design/construction
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