www.futurenviro.es | Diciembre2021-Enero2022 December2021-January2022 24 A fondo: Análisis 2021 | In depth: 2021 Analysis En primer lugar, pedimos que se siga empujando para aumentar el reciclaje y el vertido se limite al mínimo, pues la disminución de los vertederos supone, además de una mejora ambiental local indiscutible, una reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). En este punto, cabe citar el estudio llevado a cabo por GAdvisory sobre el impacto ambiental de la valorización energética en España y Andorra, comparado con el depósito en vertederos. De acuerdo con su análisis, se demuestra que los vertederos emiten un 245% más de emisiones GEI que la valorización energética. A modo de ejemplo, las 12 plantas de valorización energética que forman parte de Aeversu tratan, de media, unas 2.300.00 toneladas de residuos no reciclables al año, con lo que producen, aproximadamente, 1.600.000 MWh de energía, evitando así la emisión a la atmósfera de 224 Kg CO 2 e por tonelada de residuo urbano, es decir, un 71% menos de emisiones que el vertedero. En segundo lugar, proponemos apostar por una transición hacia un futuro más circular y sostenible para España y una economía circular que funcione correctamente para 2035. Los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico no son nada alentadores. Más de la mitad de los residuos urbanos tuvieron como destino final el vertedero, el 35% se reciclaron y solo el 11,6% restante de residuos se valorizaron energéticamente. De ahí la necesidad de apostar por la valorización energética como parte esencial de la economía circular. Por otro lado, de acuerdo con estimaciones de Cewep (Confederation of EuropeanWaste-to-Energy Plants) se necesitaría en la Unión Europea un incremento en 40 millones de toneladas/año de capacidad de estas instalaciones para cumplir con los objetivos fijados para 2035. En el caso concreto de España, las cantidades máximas de residuos urbanos que podrían llegar al vertedero para cumplir los objetivos marcados serían de, aproximadamente, 2,3 millones de toneladas/año para 2035 (actualmente se llevan 11,8 millones de toneladas). Teniendo en cuenta que se establece que el 65% de los residuos urbanos deben ser reciclados, se debe llegar a, al menos, un 25% de tratamiento de estos en plantas de valorización energética. Esto se traduce en la necesidad de multiplicar por dos el número de plantas funcionando en nuestro país con el fin de evitar que los residuos urbanos acaben en el vertedero y reducirlos hasta ese 10%. De media, poner en funcionamiento una instalación de valorización energética, incluyendo sus tramitaciones, suele llevar seis o siete años. En este sentido, debemos apostar por este sector porque, además de ser una actividad favorable para el medio ambiente, también lo es por generar empleo y de calidad. Por otro lado, insistimos en la necesidad de que las plantas de valorización energética, como fuente de energía estable y local, queden integradas en la infraestructura para 2035. La asociación recuerda que la energía generada en las plantas de valorización se suministra a la red eléctrica de las ciudades. Además, cabe destacar que la energía producida por estas instalaciones contribuye a la protección del clima y la seguridad del abastecimiento energético, fromMunicipal Solid Waste Association), is calling for the following actions to be taken in 2022. First of all, we are calling for a continued push to increase recycling and reduce landfilling to a minimum, in line with the EU target. We also want to see an unequivocal environmental improvement at local level, and a reduction in Greenhouse Gas (GHG) emissions. Of particular relevance in this respect is the study carried out by G-Advisory on the environmental impact of energy recovery in Spain and Andorra, compared to the impact of landfilling. According to the G-Advisory study, landfills account for 245% more GHG emissions than energy recovery. By way of example, the 12 energy recovery plants that form part of Aeversu treat an average of around 2,300,000 tonnes of unrecyclable waste per annum. These facilities produce approximately 1,600,000 MWh of energy and prevent the emission of 224 kg CO2 eq per tonne of MSW, meaning that emissions are 71% lower than those associated with landfilling. Secondly, we are proposing a transition to a more circular and sustainable future for Spain and a well-functioning circular economy by 2035. The latest figures released by the Spanish Ministry for Ecological Transition and Demographic Challenge are not encouraging. They show that more than half of municipal solid waste is landfilled, 35% is recycled and only the remaining 11.6% is recovered in the form of energy. Hence the need to focus on energy recovery as an essential part of the circular economy. According to CEWEP (Confederation of European Waste-toEnergy Plants) estimates, the capacity of WtE facilities in the EU needs to be increased by 40 million tonnes/annum in order to meet the 2035 targets. In the specific case of Spain, meeting the targets means that the maximum quantity of MSW sent to landfill would be around 2.3 million tonnes/year by 2035 (the current figure is 11.8 million tonnes). Bearing in mind that 65% of municipal waste must be recycled, at least 25% of this waste will have to be treated in waste-to-energy plants. This means that the number of plants operating in our country needs to be doubled in order to reduce the quantity of municipal waste sent to landfill to 10%. On average, it takes six or seven years to get an energy recovery facility up and running, including the necessary bureaucratic
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx