FO84 - FuturEnviro

Valorización energética de de residuos | Waste to energy www.futurenviro.es | Octubre-Noviembre October-November 2021 35 La valorización energética está contemplada en la jerarquía europea de gestión de residuos, después del reciclaje y antes del vertedero, y ya ha demostrado con creces que forma parte de la solución. Complementa al reciclaje, no lo excluye. El verdadero enemigo de la sostenibilidad es el vertedero, al que se destina en España el 54% de los residuos urbanos, constituyendo una verdadera amenaza para el medio ambiente y la salud. Invirtamos esfuerzos en perfeccionar los sistemas de tratamiento de residuos y en crear sinergias entre todos ellos, no en cuestionar lo que funciona. Europa lo deja bien claro: prevención, preparación para la reutilización, reciclaje, valorización, incluyendo la energética, y vertedero. Este es el orden que debe seguir la gestión de los residuos urbanos producidos en los Estados miembros, recordándonos la UE de forma permanente que reducir la ingente cantidad de residuos urbanos producidos cada día constituye una prioridad, de ahí la importancia del ecodiseño y el consumo responsable, así como de la imperiosa necesidad de separar correctamente los materiales que conforman nuestra basura y depositarlos en los contenedores correspondientes para propiciar su reciclado. Hasta aquí, todos de acuerdo. Pero cuando entramos en el ámbito de la valorización energética, parece que la cosa se complica. Y no será por falta de información y explicaciones. Algunos colectivos continúan empecinados en desvirtuar el cometido real de la valorización energética, calificándola como quema de residuos sin control y principal fuente emisora de elementos contaminantes. Y cuando se les pregunta qué se hace con aquellos desechos que no se pueden reciclar, responden con una obviedad: reducir, reutilizar y reciclar. Lo que no dicen es qué se debe hacer con lo que no se ha podido reducir, reutilizar ni reciclar. Nadie discute que el principio de las tres erres es, de facto, la columna vertebral sobre la que debe sustentarse todo sistema de gestión de residuos; pero, lamentablemente, algo tan deseable como no producir residuos, es una utopía, al menos en el mundo que nos ha tocado vivir. Todos, en mayor o menor medida, generamos desechos y todos tenemos responsabilidad sobre los mismos, quedando obligados a participar en su gestión. Y cuando se habla de gestión sostenible, hablamos también de tratamiento y de puesta en valor. Aquéllos que denostan la valorización energética de la fracción no reciclable, o bien evidencian una absoluta falta de conocimiento, o bien habitan en una permanente ficción, o bien hacen gala de una infinita mala fe. Intentan contraponer reciclaje y valorización Energy recovery is included in the European waste management hierarchy after recycling and before landfilling. The fact that it forms part of the solution has already been more than demonstrated. Energy recovery complements recycling. It does not exclude it. Landfilling is the real enemy of sustainability and 54% of municipal waste in Spain is landfilled, posing a real threat to the environment and to health. Let us invest efforts in enhancing waste treatment systems and creating synergies between them, not in questioning what works. Europe makes it clear: prevention, preparation for re-use, recycling, recovery, including energy recovery, and landfilling. This is the order in which municipal waste produced in Member States must be managed. The EU constantly reminds us that reducing the enormous amount of municipal waste produced every day is a priority, hence the importance of eco-design and responsible consumption, as well as the imperative need to separate the materials that make up our waste correctly and deposit them in the corresponding containers in order to facilitate their recycling. Everybody is in agreement up to this point. But when we broach the area of energy recovery, things seem to get more complicated, and this is not due to lack of information or explanation. Certain groups are still determined to distort the real purpose of energy recovery, by presenting it as uncontrolled waste burning and a major source of pollutants. And when questioned on what is to be done with waste that cannot be recycled, they respond with the obvious: reduce, reuse and recycle. What they do not explain is what should be done with what cannot be reduced, reused or recycled. No one disputes that the principle of the three Rs is, de facto, the backbone on which any waste management system should be based. Unfortunately, however desirable it might be, zero waste production is utopian, at least in the world in which we live. We all produce waste to a greater or lesser extent. We are all responsible for it and we are all obliged to participate in its management. And when we talk about sustainable management, we are also talking about treatment and recovery. Those who denigrate energy recovery from the non-recyclable fraction demonstrate a complete lack of knowledge or live in a permanent fantasy world, or they are simply exhibiting their infinite bad faith. They try to set recycling and energy recovery against each other, as if they were mutually exclusive concepts, when in fact they are complementary. One only needs to take a look at northern Europe to see that the countries that recycle the most also recover the most energy. These countries have achieved very low landfilling rates, ranging from 1% to 4%. 54% of waste is still landfilled in Spain and there is a clear margin for improving recycling rates. Those who despise and criticise energy recovery perhaps do not know, or perhaps they do, that there are many materials that cannot be recycled and that, if the energy contained within these materials is not recovered, they will inevitably end up in landfills. Landfilling is the most harmful option for the DENOSTAR LA VALORIZACIÓN ENERGÉTICA EVIDENCIA UNA ABSOLUTA FALTA DE REALISMO DENIGRATINGWASTE-TO-ENERGY SHOWS A COMPLETE LACK OF REALISM

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