FO84 - FuturEnviro

www.futurenviro.es | Octubre-Noviembre October-November 2021 32 Valorización energética de de residuos | Waste to energy en las operaciones industriales y fabriles, o como combustible para vehículos, y también tratarlo convenientemente para que pueda ser inyectado en las redes de gas natural. Por desgracia, la capacidad real del metano mediante estas tecnologías es muy baja, manteniéndose la emisión a la atmósfera de la mayoría de manera difusa. Otra de las formas a nuestro alcance para reducir las emisiones que tienen este origen es la valorización energética, consistente en la conversión en energía de aquellos residuos que no pueden ser reciclados, ya sea en forma de electricidad, vapor o agua caliente, lo que permite reducir en un 90% el volumen de residuos que termina en los vertederos y por tanto la posibilidad de que estos acaben generando un gas tan perjudicial para la atmósfera como el metano. Este sistema, muy implantado en países europeos con mayor tradición medioambiental, cuenta con el respaldo de importantes instituciones. La Unión Europea, en su Directiva 2010/75/EU, fija la valorización energética como mejor tecnología disponible frente al vertido. Asimismo, la ONU reconoce en su informe, realizado por el Centro Internacional de Tecnología Ambiental, la utilidad y la importancia de la actividad de las plantas de valorización energética por todo el planeta, así como su papel clave en las políticas de gestión de residuos locales y en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Estas instalaciones contribuyen a mitigar el cambio climático, ayudando a desviar los residuos de los vertederos y produciendo energía parcialmente renovable, sustituyendo así a los combustibles fósiles. En este sentido, un mayor número de estas instalaciones de valorización energética puede ayudar a cumplir con los objetivos europeos de reducir al 10% en peso la cantidad de los residuos depositados en vertedero para 2035. Sin embargo, en España, el principal sistema de gestión de los residuos urbanos sigue siendo todavía su eliminación directa en vertederos, donde se envía un 53,4% (11,8 millones de toneladas) de los residuos urbanos generados, que acaban siendo responsables del 4% de las emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero) de nuestro país. Según un reciente estudio elaborado para la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos (Aeversu), por la firma de asesoramiento independiente del Grupo Garrigues, Gadvisory, la valorización energética, junto con el incremento de la reutilización y el reciclaje, resultan clave para el cumplimiento de los compromisos europeos en materia de gestión de residuos urbanos y la lucha contra las emisiones de gases de efecto invernadero. De acuerdo con los análisis de este estudio, la huella de carbono de la valorización energética es claramente menor que la huella de carbono asociada a la eliminación de los residuos en vertedero. Tras el análisis llevado a cabo por G-Advisory, se demuestra que los vertederos emiten 772 kg CO2 equivalente por tonelada tratada, mientras que la valorización genera unas emisiones de 224 kg de CO2 equivalente por tonelada tratada. Es decir, los vertederos emiten casi 2,5 veces más emisiones de gases de efecto invernadero, entre los que se incluye el metano, que la valorización energética. near the centre of Madrid. What occurs in landfills leads to serious collateral environmental damage. However, rather than allowing these gases to escape freely into the air, landfill managers, companies and governments are now taking different measures to capture, convert and use landfill gas as an energy source. One such measure is to recover methane and use it to generate electricity, to replace fossil fuels in industrial and manufacturing operations, as vehicle fuel, and also to treat it appropriately so that it can be injected into natural gas networks. Unfortunately, the actual methane capacity associated with these technologies is very low, and most of it continues to be diffusely emitted into the atmosphere. Another option to reduce emissions from this source is energy recovery. This consists of converting waste that cannot be recycled into energy, in the form of electricity, steam or hot water. Energy recovery reduces the volume of waste that ends up in landfills by 90%, consequently eliminating the possibility that it will end up generating methane gas, which is so damaging to the atmosphere. Energy recovery, widely implemented in European countries with a greater environmental tradition, has the backing of important institutions. The European Union, in Directive 2010/75/EU, establishes energy recovery as a best available technology compared to landfilling. Likewise, the UN, in a report produced by the International Environmental Technology Centre, acknowledges the utility and importance of the activity of energy recovery plants all over the world, as well as the key role they play in local waste management policies and in the reduction of greenhouse gas emissions. These facilities contribute to climate change mitigation by helping to divert waste from landfills and by producing partially renewable energy, thus enabling fossil fuels to be substituted. More waste-to-energy facilities could help to meet the 2035 European target of reducing the amount of landfilled waste to 10% of the current quantity, in terms of weight. However, in Spain, direct disposal in landfills continues to be the main pillar of the municipal waste management system. 53.4% (11.8 million tonnes) of municipal waste is landfilled and ends up accounting for 4% of the country’s Greenhouse Gas (GHG) emissions. According to a recent study carried out for the Spanish Association of Energy Recovery fromMunicipal Solid Waste (Aeversu) by the Garrigues Group’s independent consultancy firm, G-advisory, energy recovery, together with increased reuse and recycling, are key to meeting Spain’s commitments to Europe in terms of municipal waste management targets and the fight against greenhouse gas emissions. According to the analyses carried out within the framework of this study, the carbon footprint of energy recovery is significantly smaller than the carbon footprint associated with landfilling.

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