FO84 - FuturEnviro

www.futurenviro.es | Octubre-Noviembre October-November 2021 14 Mujeres y Medio Ambiente | Women & Environment Sin embargo, la ideologización del tema climático sumado a la inercia de años de predominio masculino en todos los campos han influido en que también en la búsqueda de soluciones al cambio climático la presencia de mujeres sea inferior a su representación real, es decir, la mitad de la humanidad. Como dicen las firmantes de la carta abierta antes mencionada, “there is evidence that including women in COP26 decision and negotiating roles would increase the chances of success and ensure a fairer decision-making process.” Pero según algunas estimaciones, esa paridad no se alcanzará al menos hasta 2042***. Un desperdicio de talento y una pérdida de tiempo que no nos podemos permitir. Que el calentamiento global tiene un mayor impacto negativo en las mujeres, sobre todo en los países más pobres, es un hecho. El 80% de personas desplazadas por crisis medioambientales son mujeres. También la mortalidad de las mujeres ante desastres naturales es 14 veces mayor, muchas veces debido a su menor movilidad fuera del ámbito doméstico en ciertos países. Y se demuestra en temas tan simples como un mayor número de fallecidas en las riadas e inundaciones porque a muchas menos mujeres que hombres se les enseña a nadar. Por eso es fundamental un equilibrio entre los negociadores climáticos, especialmente en los puestos de toma de decisión, pues es difícil ver como los equipos actuales, predominantemente masculinos a esos niveles, se van a asegurar de que se oigan las voces de las mujeres y sus necesidades se tomen en cuenta. Y ello es fundamental no solo para ellas sino para todos. Porque las mujeres no sólo son más vulnerables, también son agentes potenciales de cambio. Y citando un informe de la ONU, “Las mujeres suelen tener un gran conjunto de conocimientos y experiencia que pueden utilizarse en estrategias de mitigación del cambio climático, reducción de desastres y adaptación. Además, las responsabilidades de las mujeres en los hogares y las comunidades como administradoras de los recursos naturales y domésticos las posicionan bien para contribuir a las estrategias de medios de vida adaptadas a las cambiantes realidades ambientales”****. En este sentido, la mayor cercanía a las necesidades primarias de sus entornos, y la defensa de sus hogares e hijos, influye en el enfoque práctico y eficaz de las mujeres ante cualquier cambio. Y en relación a la “ideologización”del tema medioambiental, este enfoque es esencial para proteger los ecosistemas. Y no solo me refiero a las mujeres indígenas: en los países desarrollados también es necesaria una mirada plural sobre el futuro, equipos mixtos que multiplican su eficacia al unir la visión femenina y la masculina para aportar solución a los problemas. Porque a todos nos va mucho en ello, y el cuidado del planeta también es cosa de mujeres. Y la mirada femenina, tan pragmática, es esencial también para valorar la dimensión social detrás de la transición energética: la descarbonización tiene que ser económica y socialmente eficiente. Actualmente los criterios ESG (environmental, social and governance, es decir ISR en español, inversión socialmente responsable ) se refieren a factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo que se tienen en cuenta a la hora de invertir en una empresa y estos son cada vez mas importantes para los inversores. environmental crises are women. The mortality rate of women in natural disasters is also 14 times higher, often due to their lower mobility outside the domestic sphere in certain countries. Moreover, this is demonstrated by simple examples, such as the fact that floods result in a higher number of deaths amongst females, because far fewer women than men are taught to swim. Therefore, a balance among climate negotiators, especially in decision-making positions, is essential, as it is difficult to see how the current predominantly male teams at these levels are going to ensure that women’s voices are heard and that their needs are taken into account. And this is crucial, not only for women but for everyone. Because not only are women more vulnerable, but they are also potential agents of change. To quote from a UN report, “Women often have a strong body of knowledge and expertise that can be used in climate change mitigation, disaster reduction and adaptation strategies. Furthermore, women’s responsibilities in households and communities, as stewards of natural and household resources, positions them well to contribute to livelihood strategies adapted to changing environmental realities” ****. In this respect, greater proximity to the primary needs of their environments, and the defence of their homes and children, influences women’s practical and effective approach to any situation of change. Given the “ideologization” of environmental issues, this approach is essential to protect ecosystems. And I am not only referring to indigenous women. In developed countries, a plural view of the future is also necessary, through mixed teams that multiply their effectiveness by combining female and male visions to provide solutions to problems. Because there is a lot at stake for all of us and caring for the planet is also a matter for women. And the pragmatic female perspective is also essential to assess the social dimension behind the energy transition. Decarbonisation must be economically and socially efficient. Environmental, Social and Governance (ESG) criteria are now increasingly important factors taken into account by investors when investing in a company. But we must not place so much emphasis on the E (effect of the company’s activity on the environment) that we forget the S (impact on the company’s social environment). In other words, radical and indiscriminate decarbonisation measures, which cost a lot of money, must not lead us to forsake the

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