www.futurenviro.es | Marzo-Abril March-April 2021 111 Bioenergía | Bioenergy y la gran disponibilidad de recursos biomásicos. El territorio español es el tercer país europeo por recursos absolutos de biomasa y el séptimo en términos de consumo per cápita al contar con una superficie forestal de 27.664.674 hectáreas (57 % del total) y al ser el primer productor mundial de aceite de oliva y el primer productor europeo de ganado porcino. No obstante, se encuentra a la cola del ránking por aprovechamiento de los mismos. Esta infrautilización hace cuestionarse si el poco desarrollo e implementación del sector se debe a la falta de compromiso político o porque no existen directrices ni políticas que lo apoyen. Porque masa crítica hay, solo hace falta una hoja de ruta que marque la dirección a seguir. Afortunadamente, existe. Se trata de la Agenda Estratégica de Investigación e Innovación de la Biomasa y de la Bioeconomía descarga publicada por BIOPLAT a finales de 2020, que aspira a servir como guía para conseguir una implementación efectiva, sostenible y eficiente de la bioeconomía en España a lo largo de esta década. Esta agenda, determina las áreas estratégicas en las que investigar e innovar en materias primas biomásicas, bioenergía y bioproductos para conseguir optimizar procesos y aumentar la competitividad en las producciones de forma sostenible, permitiendo consolidar la bioeconomía en las distintas regiones de España. Extender y optimizar la respuesta técnico-económica y medioambiental de los procesos que intervienen en la generación de bioenergía resultará clave en esta década, para lo cual hay que avanzar en la adaptación de antiguas centrales de carbón a biomasa, en hibridar con otras tecnologías renovables, en optimizar ahorros en el ciclo completo de la biomasa, en pretratamientos avanzados de las materias primas, innovar en los procesos de combustión para aumentar la eficiencia energética y control de las emisiones, integrar las biomasas como combustibles en procesos industriales, aprovechar la fracción biodegradable de los residuos municipales, la transformación de biogás en biometano, en la producción de biocarburantes avanzados, biolíquidos y biocombustibles sostenibles para aviación, además de en tecnologías de producción de hidrógeno a partir de biomasa. Es en esta economía de base biológica donde las biorrefinerías tendrán un papel fundamental. España cuenta con una posición estratégica para el desarrollo e implementación de este tipo de refinerías que, en vez de utilizar combustibles fósiles como materia prima, emplea biomasa para generar tanto energía como biocombustibles, biomateriales y bioproductos, que pueden ser comercializados en el sector alimentario, químico, biotecnológico, textil, cosmético y farmacéutico. De esta manera, se cierran los ciclos productivos, se minimizan las emisiones de carbono, y se diversifica y se genera valor añadido al negocio. ¿Pero cuál es la clave de todo esto? Más allá de las ventajas energéticas, la biomasa tiene la capacidad de inducir beneficios medioambientales y socioeconómicos estratégicos para las regiones basados en modelos productivos sostenibles e innovadores (biocombustibles para descarbonizar el sector de la aviación, biometano como sustituto del gas natural, biomasa para generar bioenergía y bioproductos, el aprovechamiento íntegro de los subproductos del olivar, biorrefinerías para sacar el mayor provecho a los residuos urbanos, etc.). Una apuesta valiosa Si bien es importante la producción de bioenergía y de bioproductos, es más importante aún la capacidad que tiene el sector de geto fossil fuels in thermal generation facilities, due to the ease of substitution in existing systems and the great availability of biomass resources. Spain is the third country in Europe in terms of absolute biomass resources and the seventh in terms of per-capita consumption. It has a woodland area of 27,664,674 hectares (57% of the total), it is the world’s leading producer of olive oil and Europe’s leading pig producer. However, it is at the bottom of the ranking in terms of availing of these resources. This under-utilisation raises the question of whether poor development of the sector and implementation of biomass is due to a lack of political commitment or because there are no guidelines or policies to support it. Because there is a critical mass, and all that is needed is a roadmap that sets out the route to be followed. Fortunately, this roadmap exists, in the form of the Agenda Estratégica de Investigación e Innovación de la Biomasa y de la Bioeconomía (Strategic Agenda for Research and Innovation in Biomass and the Bioeconomy) (download) published by BIOPLAT at the end of 2020. This publication seeks to serve as a guide for effective, sustainable, efficient implementation of the bioeconomy in Spain over the course of this decade. The agenda determines the strategic areas in which to research and innovate in biomass rawmaterials, bioenergy and bioproducts in order to optimise processes and increase productive competitiveness sustainably, thus facilitating the consolidation of the bioeconomy in the different regions of Spain. Extending and optimising the technical, economic and environmental response of the processes associated with bioenergy generation will be of key importance throughout this decade. To achieve this requires progress in areas such as: adapting old coal-fired plants to biomass; hybridising with other renewable technologies; optimising savings in the entire biomass cycle, as well as in advanced pre-treatment of rawmaterials; innovating in combustion processes to increase energy efficiency and emissions control; integrating biomasses as fuels in industrial processes; availing of the biodegradable fraction of municipal waste; converting biogas into biomethane; the production of sustainable advanced biofuels and bioliquids for aviation; and technologies for producing hydrogen from biomass. Biorefineries will play a vital role in this bio-based economy. Spain is well-positioned strategically for the development and implementation of this type of refinery which, instead of using fossil fuels as rawmaterial, uses biomass to generate energy, biofuels, biomaterials and bioproducts, which can be marketed in the food, chemical, biotechnology, textile, cosmetic and pharmaceutical sectors. In this way, production cycles are closed, carbon emissions are minimised, and the sector is diversified and generates added value. But what is the key to all this? Beyond energy benefits, biomass has the capacity to induce strategic environmental and socioeconomic benefits for regions based on sustainable and innovative production models (biofuels to decarbonise the aviation sector, biomethane as a substitute for natural gas, biomass to generate bioenergy and bioproducts, fully availing of olive by-products, biorefineries to take full advantage of urban waste, etc.). A sector that adds value While the production of bioenergy and bioproducts is important in itself, the sector’s capacity to generate added value is even
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