FO76 - FuturEnviro

FuturEnviro | Diciembre 2020/Enero 2021 December 2020/January 2021 www.futurenviro.es 98 incinerados en centrales de aprovechamiento energético, contribuyendo a la contaminación del medio ambiente y al vertido de gases de efecto invernadero a la atmósfera, causantes del calentamiento global y el cambio climático asociado. El ejemplo de Ocean52 Sin embargo, cada día aparecen nuevos héroes, valientes que saben que no hay un planeta B, y creen realmente en la sostenibilidad. La compañía de bebidas Ocean52 está comprometida con el océano y sus responsables creen que sería contradictorio que sus productos contribuyeran a su degradación, y no a su conservación. Por esto, dieron un paso al frente y se sometieron a la minuciosa revisión mediante el Certificado de Reciclabilidad, siendo los primeros en lucir la reciclabilidad real en sus envases a través del Sello de Reciclabilidad. 98 % reciclable, podrás ver a partir de enero en sus envases. Podríamos pensar que es un índice bajo, teniendo en cuenta que muchos de los eslóganes que lucen los envases afirman que son “100% reciclable”, pero… ¿y si pedimos a las empresas que presumen de dicha reciclabilidad, que revelen bajo qué criterios respaldan ese valor? Nos íbamos a sorprender, ya que ningún envase, tal y como llega al consumidor, es realmente 100% reciclable. Y lo que es peor, gran parte de los envases que lucen ese mensaje ¡ni si quiera son reciclables! Porque la teoría –en las condiciones idílicas de un laboratorio- puede ser una, pero la cruda realidad es bien distinta. Santi Mier, CEO Fundador de Ocean52, lo tiene muy claro: “La sostenibilidad no admite mentiras ni medias verdades. No nos podemos engañar a nosotros mismos. Hemos de ir más allá de los materiales e incluir todos los factores que afectan a la reciclabilidad real. Nosotros preferimos decir 98% reciclable, pero 100% verdad”. Mier tiene mucha razón: hay varios sellos, certificaciones y eco-etiquetas. La mayoría son simples auto-declaraciones de sostenibilidad, creadas por las mismas compañías envasadoras, que sólo sirven para decorar los envases con proclamas vacías. Puro greenwashing. Otros, pese a contar con algunas evaluaciones, sólo se fijan en una parte del problema –como los materiales individualmente- y dan una visión sesgada e irreal de la reciclabilidad del envase, lo que muchas veces conlleva a una modificación del envase que, en la realidad, supone que ese envase no se reciclará. Un desembolso económico inútil, e irremediable porque ¿qué hacer con esa inversión económica? ¿se les obligará, a las empresas que han inducido a esa modificación, a solventar el gran problema medioambiental generado? Quizás sea más fácil seguir engañando al consumidor, camuflando la realidad y exponiendo que son 100% reciclables porque, lamentablemente, a día de hoy no existe una regulación que impida declarar que tu envase es 100% reciclable, sin serlo. Como consecuencia, las empresas que quieren mostrar la reciclabilidad real de sus envases se encuentran con una desventaja competitiva ¿cómo voy a indicar que mi envase es 75% reciclable, si mi competencia está indicando que lo es al 100%, aunque ni si quiera sea realmente reciclable? Sin ir más lejos,más de una veintena de envases cuentan con nuestro Certificado de Reciclabilidad, con las correspondientes explicaciones de la reciclabilidad real del envase y propuestas demejora. Pero, hasta la fecha, sólo una se ha atrevido a mostrar públicamente la reciclabilidad real de su envase, mientras los lineales de los supermercados están infestados de slogan vacíos de un falso “100% reciclable”. Y es que, como indica Victoria Ferrer, Directora General del Gremi de Recuperació de Catalunya, “son muchos los expertos en sostenibilidad, about recycling coming from some media outlets, much of our waste ends up in landfills or is incinerated at energy recovery plants, thus contributing to environmental pollution and the release of greenhouse gases into the atmosphere, which cause global warming and associated climate change. The example of Ocean52 Nonetheless, new heroes emerge every day, brave people who know that there is no planet B and truly believe in sustainability. Beverages company Ocean52 is committed to the ocean and its directors believe that it would be contradictory for its products to contribute to the degradation rather than the conservation of the seas. For this reason, they took the plunge and underwent the extremely detailed review associated with the Recyclability Certificate. The result is that they have become the first company to display the real recyclability of their packaging through the Recyclability Label, which indicates that the packaging is 98% recyclable and will be seen on their drinks containers from January. We might think that this is a low rate, given than many slogans on packaging proclaim it to be “100% recyclable”, but… if we were to ask the companies that claim such recyclability to provide the hard facts to back this up, we would be in for a surprise. Because no packaging is truly 100 % recyclable in the form in which it reaches the consumer.What is worse is the fact that much of the packaging that carries this message is not even recyclable. Because the theory –in the idyllic conditions of a laboratory- is one thing but the crude reality is quite another. Santi Mier, CEO and founder of Ocean52 is very clear on this: “Sustainability does not accept lies or half-truths.We cannot fool ourselves.We have to look beyond the materials and include all the factors that affect real recyclability.We prefer to say 97.77% recyclable and be 100% honest.” Mier is very much right. There are many labels, certifications and eco-labels. The majority are simply self-declarations of sustainability, created by the company themselves, and only serve to decorate their packaging with empty claims. Pure greenwashing. Others, despite having some assessments to support them, only focus on part of the problem –such as the materials on an individual level- and give a biased, unreal vision of the recyclability of the packaging, which often involves modification of the packaging, meaning that it will not be recycled in reality. A useless financial outlay and an unrecoverable one, because what can be done with this investment? Are the companies responsible for this modification going to be obliged to solve the great environmental problem it poses? Perhaps it is easier to continue misleading the consumer, to continue camouflaging reality and to continue claiming that the packaging is 100% recyclable because, as of now, there is no legislation to prevent you from claiming that your packaging is 100% recyclable, even if it is not. The result is that companies wishing to demonstrate the real recyclability of their packaging are at a competitive disadvantage. How am I going to claim that my packaging is 75% recyclable, when the competition is claiming that theirs is 100% recyclable, despite the fact that it is not even recyclable? Gestión y tratamiento de residuos | Waste Management & Treatment

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