A fondo: Análisis 2020 | In depth: Analysis of 2020 FuturEnviro | Noviembre/Diciembre November/December 2020 www.futurenviro.es 60 de ejecutar por nuestra desidia nacional –que no se me entienda mal, también autonómica y local– sobre la depuración de aguas residuales. En mi opinión, con poca acción tractora, aunque imprescindibles. Es decir, lo que popularmente se llama “tapar agujeros”. Nuestro sector sigue trabajando con la ilusión de ser destinatario de mayores cantidades de fondos financieros y albergamos una pequeña esperanza de que, quizás, se puedan conseguir hasta 500 millones para proyectos relacionados con el agua y la digitalización. Es preciso perseverar. Porque no nos deben cegar las luces de esta oportunidad única coyuntural, con una evidente y bienvenida posibilidad puntual y anticíclica de inversión en estos servicios públicos. El sector es estructural y hay que atender de forma sostenida y continuada las necesidades de inversión requeridas. Estamos generando un gran déficit de inversión en los últimos años. Las necesidades identificadas ascienden a 2.500M€ anuales para los próximos 10 años. Corresponde a todos los niveles de las administraciones públicas –central, autonómica y local– la asunción de sus responsabilidades y de los liderazgos para afrontar estas carencias o déficits. En España tenemos que hacer un esfuerzo inversor sostenido en nuevas infraestructuras públicas (catalogadas en el plan DSEAR del MITERD) y hay que sumar las necesidades de renovación y actualización del parque de activos públicos existentes. Todo ello requiere una serie de reglas que garanticen la seguridad jurídica, la sostenibilidad social, ambiental y económica, así como una coordinación entre entidades locales, autonómicas y centrales cuyo objetivo deberá ser la consecución de los principios de la Directiva Marco del Agua: “recuperación de costes”, “contribución adecuada de los usuarios” y “quien contamina paga”. La protección del medio ambiente, de la vida acuática y la salud de los ciudadanos depende de estos servicios, y hay que protegerlos e impulsar las acciones de descarbonización de la actividad en la lucha contra el cambio climático y la economía circular, optimizando y perfeccionando lo que ya se viene haciendo. Entre otras cosas, generación energética renovable –lodos de depuración y potencial hidráulico–, aprovechamiento agronómico de dichos residuos y subproductos, o la propia reutilización del agua regenerada. managed by the central government, and a similar amount from the funds to be managed by the Autonomous Communities and local entities. And this money will be ploughed into projects which might be described as pending execution due to our national apathy (do not misunderstand me, as this apathy has also been witnessed at regional and local levels) regarding wastewater treatment. In my opinion, these projects, though vital, will provide little in the way of a positive knock-on effect for the economy. In colloquial terms, they will merely serve to “fill gaps”. Our sector continues to work in the hope of receiving larger allocations from these funds and we harbour the faint hope that we might be able to obtain up to 500 million for projects associated with water and digitisation. We must persevere. Because we must not become blinded by the light of this unique circumstantial opportunity, with a clear and welcome one-off possibility of anticyclical investment in these public services. The sector is structural and its investment needs must be attended to in a sustained, continuous manner. We have generated a large investment deficit in recent years. The amount needed to bridge this deficit is calculated at €2,500 M per annum over the next 10 years. All levels of the public administration –central, regional and local– must assume their responsibilities and show leadership in addressing these shortages/deficits. In Spain, we need to engage in sustained investment in new public infrastructures (envisaged in the MITERD’s Spanish National Water Treatment, Sanitation, Efficiency, Saving and Reuse Plan - DSEAR Plan) and we also have to address the need for renovation and upgrading of existing public assets. All this requires a series of rules to ensure legal certainty, and social, environmental and economic sustainability, as well as coordination between local, regional and state entities, whose objective should be fulfilment of the principles of theWater Framework Directive: “cost recovery”, “adequate contribution of users” and “the polluter pays”. Protection of the environment, aquatic life and the health of citizens depends on these services. It is also necessary to drive decarbonisation of water services in the interests of mitigating climate change and making the transition to a circular economy, by optimising and fine-tuning the actions already underway, which include renewable energy generation –sewage sludge and hydraulic power–, using these waste products and by-products in agriculture and the reuse of reclaimed water itself. My hope it that 2021 will be a year of efficient action to turn things around and solve the problems that have been diagnosed, and that citizens will appreciate the urgent need to strive to guarantee the sustainability of the vital, fundamentally important and essential services of water supply and sanitation Tengo la esperanza de que 2021 sea de acción eficiente para dar un giro y solventar la problemática diagnosticada, y que los ciudadanos vean prioritario hacer un esfuerzo para garantizar la sostenibilidad de los servicios vitales, básicos y esenciales de abastecimiento y saneamiento
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