A fondo: Análisis 2019 | In depth: Analysis of 2019 FuturEnviro | Febrero February 2020 www.futurenviro.es 40 La gestión del agua en nuestro país debe encauzarse para no ir a la deriva. Pero el agua, pese a ser fuente de vida, ha ido evaporándose de la agenda política. De hecho, sus competencias han balanceado por distintas carteras ministeriales. Y ello cobra especial importancia en la actualidad, cuando las incertidumbres derivadas del cambio climático determinan la acción gubernamental en buena parte de los países desarrollados y obligan a alcanzar acuerdos en aras de conseguir la sostenibilidad medioambiental. Pues bien, tanto estas infraestructuras de regulación como la necesaria modernización del regadío para garantizar el abastecimiento de alimentos en el futuro -produce hasta seis veces más que el secano, e incluso hasta 40 veces más si se trata de cultivos intensivos- requiere de mayor músculo financiero y capacidad inversora, propio del responsable de la construcción y gestión de las grandes infraestructuras del país. Máxime teniendo en cuenta que éste constituye el sostén fundamental de la industria agroalimentaria, que aporta más de 150.000 millones de euros a las arcas del Estado. Así, después del nivel de desarrollo que han alcanzado los grandes planes estatales de carreteras o de infraestructuras ferroviarias, ha llegado la hora de ejecutar una planificación hidrológica adecuada que consolide a España como un país maduro hidráulicamente y preparado para el cambio climático y para absorber el incremento de la demanda de alimentos. Para ello, la agenda del Presidente tendría que mojarse, lo que evitaría que la política hidráulica hiciera aguas. La vicepresidenta Ribera debería empezar a reconocer la labor del regadío como sumidero de dióxido de carbono e importante freno a la España vaciada Por otra parte, al margen de convenir una transferencia de competencias a un área de Gobierno donde las confederaciones hidrográficas ya demostraron su eficacia en la ejecución y explotación de las grandes infraestructuras hidráulicas, la ministra Teresa Ribera, actualmente al frente de la planificación hidrológica, debería cambiar de actitud y empezar a reconocer la labor del regadío como sumidero de dióxido de carbono e importante freno a la España vaciada. Sobre todo tras la creación de una vicepresidencia de Transición Ecológica y Reto Demográfico, que elevará de rango las cuestiones medioambientales. Externalidades positivas del regadío Ahora que tanto urge limpiar el aire y reducir el dióxido de carbono en la atmósfera, conviene remarcar que si los agricultores dejaran de cultivar los frutales, olivos, naranjos, viñas... y no cuidaran y protegieran los bosques y pastos de su propiedad, tal y como lo hacen, los problemas medioambientales se agravarían de manera significativa. Por poner un ejemplo, los cereales de invierno puealmost a million hectares of irrigation systems, as well as complementary demand management actions to optimise consumption. For this purpose, it would be advisable for the new Government to transfer the competences of the General Directorate of Water to the Ministry charged with infrastructure management. If not, it should form part of the Ministry of Agriculture, which is now responsible for matters related to irrigation. Water management in Spain must be channelled if it is not to drift aimlessly. But water, despite being a source of life, has evaporated from the political agenda. Indeed, competences in the area of water have tottered from one ministry to another. And this is of particular importance at a time when the uncertainties associated with climate change are driving government action in most developed countries and making it necessary to reach agreements in order to achieve environmental sustainability. Both the execution of regulation infrastructures and the necessary modernisation of irrigation systems to ensure the supply of food in the future -irrigation produces up to six times more crops than dry farming and up to 40 times more in the case of intensive crops- requires greater financial muscle and investment capacity, such as that of the Ministry responsible for the construction and management of the country’s largescale infrastructure. And more so if we bear in mind that irrigation constitutes the basic pillar that supports the agrofood industry, which contributes over 150 billion euro to the state coffers. Therefore, subsequent to the level of development achieved by the great state plans for road and rail infrastructure, the time has come to execute an appropriate hydrological plan to consolidate Spain’s position as a mature country in terms of water infrastructure and to satisfy the increasing demand for food products. To achieve this, the Spanish Prime Minister will have to come down from the fence and act decisively in order to prevent water policy from“shipping water”. Deputy Prime Minister Ribera should begin to recognise the value of irrigation as a carbon sink and its role in preventing rural depopulation in Spain La vicepresidenta Ribera debería empezar a reconocer la labor del regadío como sumidero de dióxido de carbono e importante freno a la España vaciada
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