FO57 - FuturEnviro

resolver los vertidos de aguas que potencialmente degradan el medio ambiente y me he preguntado si no hay nadie capaz de reconocer la situación y darle la necesaria seguridad jurídica que necesitan mientras no se aplican los “tratamientos adecuados” de que hablan las normativas. Dentro de las competencias que tienen asignadas los ayuntamientos figura la depuración de las aguas residuales que se generan y deben afrontarlas. Ahora bien, si aceptamos la premisa de que no se pueden resolver todos los problemas de inmediato, alguien debería establecer las prioridades de actuación de forma clara y segura. Creo que este debería ser el primer punto de actuación, todo y que albergo muy pocas esperanzas de que alguien lo consiga, y ni siquiera de que alguien lo intente. La lógica del saneamiento de las aguas residuales me lleva a pensar que las prioridades se deberían establecer en función de los impactos que generan, lo cual es consecuencia directa de la magnitud del vertido y las cualidades del medio receptor. Hacer este ejercicio podría ser lo que se llama un Plan. Dentro de este hipotético proceso también se debería decidir cuál sería el “tratamiento adecuado”. Existe un mínimo tratamiento universal aplicable a todos los vertidos o es posible establecer diferencias? Una de las lógicas aplicadas ha consistido en permitir verter lo que pueda soportar el medio receptor. En este capítulo encontraremos un gran abanico de casuísticas, desde vertidos que no afectan a ninguna masa de agua a otros que si las afectan, debiendo aplicar los mejores tratamientos. Como es obvio, estamos hablando de pequeños vertidos, zonas poco pobladas y en estos casos hay un gran número de tecnologías que hemos calificado de “bajo coste”que serán muy apropiadas para estos casos. Habrá que saber elegirlas y aplicarlas. Hasta aquí he hablado de aspectos técnicos pero hay otros tanto o más importantes, como son los económicos y organizativos. Los nuevos tratamientos alguien tiene que pagarlos, y la teoría con mayor soporte actualmente es que los soporte el usuario del agua, incorporándolos en el recibo del agua. Siendo una competencia municipal la depuración de las aguas residuales, no parece haber duda de que el que debe de actuar es el ayuntamiento, pero puede que dejar solos a los pequeños ayuntamientos no sea la mejor opción. Aunque la depuración de las aguas residuales se ha convertido en una tecnología madura y disponemos de un gran número de profesionales que la dominan, es necesaria una organización que la gestione. En España hay múltiples modelos de organización y de gestión que han tenido éxitos apreciables. Seguramente el primer modelo que se puso en marcha y el de mayor intervención ha sido el catalán. La Generalitat de Catalunya asumió la responsabilidad de la depuración de las aguas residuales de toda la comunidad, dotándose de los medios necesarios para ello como son un tributo para la financiación y un organismo que lo gestiona todo, dotado de un buen equipo de profesionales. La administración local está colaborando en la ejecución del Plan, construyendo y explotando instalaciones, realizando el control de vertidos y otros trabajos relacionados. Hay otros modelos de gestión que están consiguiendo buenos resultados y no son tan intervencionistas ni concentran competenthe discharge and the qualities of the receiving medium. This exercise could lead to what is known as a plan. Within this hypothetical process, what constitutes “appropriate treatment” should be decided. Is there a minimum universal treatment applicable to all discharges or is it possible to establish differences? One logic applied has consisted of permitting the discharge of what the receiving medium can bear. There are a large number of case studies in this area, ranging from discharges that do not affect any water mass, to discharges that do affect them, and the best treatments must be applied to the latter. Obviously, we are speaking of small discharges in sparsely populated areas and in these cases, there are a large number of what we call “low-cost” technologies, which are particularly appropriate for these scenarios. It is necessary to know how to choose and implement these technologies. Until now, I have spoken of technical aspects but there are other equally important if not more important aspects, such as economic and organisational factors. Someone has to pay for the new treatments and the most widely supported theory at the moment is that these costs should be borne by the water user and incorporated into the water bill. Because water treatment is a municipal competence, there would seem to be no doubt that it is local councils who have to act, but it may be the case that leaving small municipal councils to their own devices might not be the best option. Although wastewater treatment is now a mature technology and despite the fact that we have a large number of professionals who master this technology, an organisation is needed to manage such treatment. There are multiple organisational and management models in Spain that have enjoyed considerable success. The Catalonian model was probably the first to be implemented and the one with the greatest degree of intervention. The government of Catalonia assumed responsibility for the wastewater treatment of the entire Autonomous Community, endowing itself with the means necessary to do so. It implemented a tax to finance the model and created a body with a good team of professionals to manage it. Local authorities collaborate with the execution of the Plan by building and operating infrastructures, controlling discharges and carrying out other related tasks. Other less interventionist management models that not concentrate competences for the building and operation of infrastructure or control of discharges into receiving media have also achieved good results. A fondo: Análisis 2017 | In depth: Analysis of 2017 FuturEnviro | Febrero February 2019 www.futurenviro.es 21

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