Están certificados el 100% de las fábricas de celulosa y de los proveedores de celulosa, el 92% de los proveedores de madera del sector y el 75% de las fábricas de papel. Y por lo que se refiere a los productos, el 56% de la celulosa de mercado y el 61% del papel puesto en el mercado está certificado. Las 512.481 hectáreas de plantaciones donde se cultiva la madera para fabricar papel son grandes sumideros de CO2, con 46 millones de toneladas de CO2 equivalente fijadas, contribuyendo a frenar el cambio climático, que según recientes encuestas es ya la principal preocupación medioambiental de los ciudadanos. Y frente al creciente despoblamiento y envejecimiento rural, las plantaciones locales de madera para papel son un motor de desarrollo y un foco de creación de empleo y riqueza. En el siguiente eslabón de la cadena, a partir del papel, las empresas transformadoras producen una amplísima gama de productos de papel y cartón como envases y embalajes de todo tipo (cajas, bolsas…), material de papelería (sobres, cuadernos, carpetas…) y productos tisú (papel higiénico, pañuelos, papel de cocina…). La cadena de valor continúa con el sector de servicios de impresión, reproducción y acabados, con las empresas de publicidad y marketing directo, y con la industria editorial, tanto de libros como de periódicos y revistas. Esta potente cadena de creación de empleo y riqueza está integrada también por las actividades postales y de correos dedicadas al envío de cartas y paquetería. A lo largo de la cadena de valor una materia prima local, natural, renovable, reciclable y biodegradable se va transformando en un amplísimo abanico de productos papeleros con un gran potencial de sustitución de otros productos intensivos en carbono procedentes de recursos fósiles no renovables, potencial que ya se está desplegando enmultitud de aplicaciones como las bolsas y los envases en general. Mejoramos la calidad de vida de los ciudadanos con bioproductos renovables y reciclables, capaces de producir el mayor valor añadido a partir de materias primas locales Finalmente, la cadena se cierra con el sector de la recuperación de residuos que recoge y trata el papel tras su uso para que regrese a las fábricas papeleras. La tasa de recogida (papel que se recoge para reciclar en porcentaje sobre el consumo total de papel) se ha movido en España en los últimos años en torno a la media europea e incluso por encima. Y en lo que se refiere a la tasa de reciclaje (consumo de papel para reciclar utilizado comomateria prima en porcentaje sobre el consumo total de papel y cartón), cuya media europea está en el 62%, la superamos actualmente en doce puntos (74%), no en vano nuestra industria papelera es la tercera más recicladora de Europa en volumen después de Alemania y Francia. Desde la sostenibilidad, del bosque al reciclaje, la cadena de valor de la celulosa, papel y cartón es uno de los grandes motores de la economía de nuestro país por su efecto impulsor y de arrastre en el conjunto de la actividad económica, generando actividad en muchas otras ramas como la energía, química, metal, maquinaria, transporte, construcción, ingeniería y un larguísimo etcétera. Juntos mejoramos la calidad de vida de los ciudadanos con bioproductos renovables y reciclables, capaces de producir el mayor valor añadido a partir de materias primas locales. Estos bioproductos, sustituyendo crecientemente a los productos procedentes de recursos fósiles no renovables, contribuyen a la descarbonización. 100% of pulp mills and pulp suppliers in the sector are certified, while 92% of wood suppliers and 75% of paper mills are certified. As far as products are concerned, 56% of pulp on the market and 61% of paper placed on the market is certified. The 512,481 hectares of plantations where wood is grown to manufacture paper are significant carbon sinks, accounting for CO2 equivalent sequestration of 46 million tonnes. This contributes to mitigating climate change, which, according to recent surveys, is now the main environmental concern of citizens. And, in a scenario of growing rural depopulation and an aging rural population, local timber plantations for paper are a driving force for development and job creation. The next link of the chain is made up of processing companies, which produce a wide range of paper and cardboard products, such as containers and packaging of all types (boxes, bags...), stationary (envelopes, notebooks, folders...) and paper tissue products (toilet paper, nappies, kitchen paper...). The value chain continues with the printing services, copying and finishing sector, direct advertising and marketing companies, and the publishing industry, including books, newspapers and magazines. This powerful chain of job and wealth creation also encompasses postal and courier activities associated with the delivery of letters and packages. Throughout the value chain, a local, natural, renewable, recyclable, biodegradable raw material is converted into an extremely wide range of paper products with great potential to replace other carbon-intensive products made with nonrenewable fossil fuels. This potential is now beginning to be deployed in a wide range of applications, such as bags and packaging in general. We are improving the quality of life of citizens with renewable, recyclable bioproducts capable of producing greater added value from local raw materials. The chain is completed by the waste recovery sector, which collects and treats the paper after use so that it can be returned to the paper mills. The collection rate (paper collected for recycling as a percentage of all paper consumed) in Spain in recent years has been roughly the same, or even higher, than the European average. And the Spanish recycling rate (consumption of paper collected for recycling as a raw material as a percentage of total paper and board consumption) is currently 12 percentage points higher than the European average (74% as opposed to 62%). It is with good reason that our paper industry is the third largest recycler in Europe in terms of volume, behind Germany and France. From the perspective of sustainability, from the forest to recycled paper, the pulp, paper and board value chain is one of the great engines of the economy of our country, due to its capacity as a driving force and the manner in which it boosts economic activity as a whole by generating activity in many other sectors, such as energy, chemicals, metals machinery, transport, construction, engineering and many many more. Together we are improving the quality of life of citizens with renewable, recyclable bioproducts capable of producing greater added value from local raw materials. These by-products, which are increasingly substituting products made using nonrenewable fossil resources, contribute to decarbonisation. A fondo: Análisis 2018 | In depth: Analysis of 2018 FuturEnviro | Diciembre 2018-Enero 2019 December 2018-January 2019 www.futurenviro.es 21
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