47 RESIDUOS PLÁSTICOS/INFORME Para restaurar la confianza en el reciclaje químico, el informe de Zero Waste Europe propone varias medidas: – Certificaciones independientes, cuyos estándares deben ser desarrollados por organismos imparciales, libres de la influencia de las empresas petroquímicas. – Transparencia en la trazabilidad para que los consumidores puedan rastrear el origen y el contenido reciclado de los productos que adquieren. – Mayor supervisión regulatoria para que las legislaciones puedan garantizar que las afirmaciones de sostenibilidad sean verificables y precisas. El desarrollo y la evaluación del reciclaje químico dependen en gran medida de investigaciones científicas. Sin embargo, el informe destaca que una parte significativa de los estudios publicados en este campo están financiados o coescritos por la industria petroquímica, lo que genera dudas sobre su imparcialidad y rigor. En este sentido, multinacionales como como BASF, Shell o ExxonMobil han financiado numerosos estudios para demostrar las ventajas ambientales y económicas del reciclaje químico. Estas investigaciones suelen destacar la capacidad de tecnologías como la pirólisis para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y minimizar los residuos plásticos. Sin embargo, el informe advierte que muchos de estos estudios se basan en datos internos que no están disponibles para una revisión independiente, por lo que, obviamente, la validez de sus conclusiones genera sospechas sobre posibles sesgos a favor de la industria. El informe también analiza investigaciones independientes que presentan una visión más crítica del reciclaje químico. Así, en el estudio se cita un estudio de la Universidad de Cambridge en el que se afirma que las emisiones de GEI del reciclaje químico pueden ser significativamente mayores que las del reciclaje mecánico. Otro análisis de la Universidad de Manchester reveló que hasta el 50% del carbono en los residuos plásticos se pierde como CO2 durante la pirólisis. Estos estudios resaltan los límites de la tecnología y subrayan que, en muchos casos, el reciclaje químico no cumple con las expectativas de sostenibilidad promovidas por la industria. CAMBIO DE ENFOQUE El informe confirma un notable cambio en la postura de algunas grandes empresas petroquímicas que, después de invertir significativamente en el reciclaje químico, están reduciendo o retirando su apoyo a estos proyectos, lo que plantea preguntas acerca de los desafíos que deben superar estas tecnologías y su viabilidad a largo plazo. Varias de esas empresas apostaron por el reciclaje químico como una solución sostenible y económicamente viable. Sin embargo, los resultados obtenidos han demostrado ser inferiores a las expectativas iniciales. Tecnologías como la pirólisis han presentado problemas técnicos significativos, como altos costes operativos, eficiencia limitada y dificultades para manejar residuos contaminados. Es el caso de Shell, que en 2019 anunció un plan para utilizar un millón de toneladas de residuos plásticos al año en sus plantas químicas para 2025, pero este año la multinacional anglo neerlandesa admitió que este objetivo era “inviable” debido a problemas técnicos y financieros. El informe destaca que el reciclaje químico es significativamente más caro que el reciclaje mecánico o la producción de plásticos vírgenes, una opción que no es por la que apuestan las normativas de la UE. Esta diferencia de costes, combinada con una demanda limitada de materiales reciclados químicamente, ha hecho que muchos proyectos sean “económicamente insostenibles”. Las empresas, además, soportan presiones de sus accionistas para priorizar inversiones más rentables. A ello se suma el hecho de que la creciente regulación en Europa y, también en América del Norte, está exigiendo una mayor transparencia y estándares más estrictos para justificar las afirmaciones LOS ‘WHITE PAPERS’ Y SU IMPACTO EN LAS NORMAS LEGALES Además de los artículos científicos, los ‘white papers’ publicados por organizaciones vinculadas a la industria han influido en la percepción pública y también las decisiones regulatorias. Aunque estos documentos carecen del rigor de la revisión por pares, a menudo se utilizan para justificar políticas favorables al reciclaje químico. El informe señala que estos documentos deben ser evaluados con precaución, ya que a menudo sirven como herramientas de ‘lobby’ más que como análisis objetivos. Para su desarrollo, el reciclaje químico —debido a sus altos costes iniciales y a la complejidad de sus procesos— ha dependido en gran medida de la financiación pública para avanzar
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