41 ANÁLISIS investigación es que una parte clave de la solución es asegurarnos de que utilizamos el agua que tenemos de forma inteligente en nuestros hogares y lugares de trabajo. De este modo, garantizaremos una mejor adaptación al cambio climático, aseguraremos el suministro de agua para las personas y las empresas y mejoraremos el medio ambiente”. LA PERCEPCIÓN EN TORNO A LA INSEGURIDAD HÍDRICA El estudio combina datos públicos con encuestas internacionales a más de 9.300 personas para evaluar cómo se percibe la inseguridad hídrica en algunos de estos países, encontrando una preocupante desconexión entre la realidad del desafío, la comprensión pública de su gravedad y la acción necesaria para cambiar la situación. El 60% de los encuestados reconocen que la seguridad del agua es un problema mundial importante, mientras que el 76% identifica la sequía en su país como un problema. Sin embargo, menos de la mitad (45%) entienden que abordar la seguridad hídrica es tan importante como combatir el cambio climático. Asimismo, los datos de la encuesta sugieren la existencia de diferencias entre la realidad del reto de la seguridad hídrica mundial y la comprensión pública de la magnitud del problema. El 74% afirma tener confianza en el suministro de agua dulce de su país. Esta cifra incorpora los resultados de India (85%), Australia (82%) y Estados Unidos (73%). Sin embargo, estos países enfrentan retos significativos, mientras avanzan poco en las soluciones. De forma positiva, más de la mitad de las personas (53%) cree en la necesidad de actuar, afirmando que es importante que los individuos tomen medidas para reducir el despilfarro y promover la seguridad del agua. La directora ejecutiva de BSI, Susan Taylor Martin, señala que “aunque estamos viendo algunos avances hacia un mundo con seguridad hídrica, queda mucho por hacer para promover la comprensión y el cambio positivo. Esto comienza con la concienciación y el reconocimiento de la magnitud del reto, y cómo encaja en conversaciones más amplias sobre el cambio climático y la sostenibilidad, a partir de ahí nuestros políticos y líderes pueden allanar el camino para la acción”. “Aunque no existe una solución única”, prosigue Taylor, “podemos y debemos actuar hoy mismo, desde la implantación de un etiquetado de eficiencia hídrica hasta la mejora de las opciones de los consumidores, pasando por el fomento de la gestión de las aguas residuales en el desarrollo farmacéutico. Es mucho lo que, como individuos, organizaciones y sociedad, podemos lograr colectivamente. En BSI, creemos que los individuos y las organizaciones pueden unirse para impulsar el progreso hacia un futuro sostenible, en el que el suministro de agua dulce satisfaga las crecientes demandas”.n
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