DEPURACIÓN/TRIBUNA 52 Los beneficios del tratamiento anaeróbico en aguas residuales Matt Hale, director de Grandes Cuentas Mundiales, HRS Heat Exchangers El tratamiento convencional de aguas residuales consta de tres fases: primaria, secundaria y terciaria. El tratamiento primario implica la eliminación mecánica de sólidos por sedimentación o flotación y es seguido por un tratamiento secundario que elimina la materia orgánica mediante descomposición microbiana. También puede ser necesario un tratamiento final adicional, o terciario, dependiendo del destino final de las aguas residuales, como su reingreso a la red de suministro de agua. La elección del tratamiento secundario depende de una serie de factores que incluyen la demanda química y biológica de oxígeno (COD & BOD) de las aguas residuales, los costes operativos y de mantenimiento, la producción de lodos, la calidad deseada del efluente y la concentración microbiana. Generalmente se puede elegir entre tratamiento aeróbico o anaeróbico, aunque también se puede utilizar una combinación de ambos métodos. En los últimos años hemos visto un aumento constante en el uso de técnicas de tratamiento de digestión anaeróbica para el tratamiento de aguas residuales (y otras corrientes de efluentes), pero antes de analizar qué está impulsando esto, es importante comprender las diferencias entre tratamientos aeróbicos y anaeróbicos, así como los pros y contras de cada uno. TRATAMIENTO AERÓBICO FRENTE AL ANAERÓBICO Los sistemas anaeróbicos y aeróbicos son formas de tratamiento biológico que utilizan microorganismos para descomponer y eliminar materiales orgánicos de las aguas residuales. La diferencia fundamental entre ambos tratamientos es la presencia de oxígeno. El aeróbico generalmente se aplica para tratar eficientemente aguas residuales de baja concentración (con valores de BOD/COD relativamente bajos) cuando el tratamiento requiere la presencia de oxígeno. Por el contrario, el tratamiento anaeróbico se suele aplicar para tratar aguas residuales con mayor carga orgánica. En el tratamiento aeróbico, se utiliza oxígeno (aire) para hacer circular el material, proporcionando las condiciones adecuadas para que las bacterias aeróbicas se reproduzcan. Estas bacterias asimilan y luego descomponen la materia orgánica y otros contaminantes como el nitrógeno y el fósforo en dióxido de carbono, agua y biomasa (lodos). Como su nombre sugiere, la digestión anaeróbica utiliza bacterias que no necesitan oxígeno. Descomponen la materia orgánica de las aguas residuales en metano, dióxido de carbono y biomasa (digestato). Algunos de los factores a favor del tratamiento aeróbico incluyen el hecho de que genera menos olores (ya que no se producen sulfuro de hidrógeno ni metano) y la eliminación de nutrientes de las aguas residuales al lodo puede ser más eficiente, lo que el agua tratada normalmente puede ser vertida directamente al medio ambiente. Sin embargo, la oxigenación de las aguas residuales puede requerir grandes cantidades de energía (o una gran superficie para la laguna de tratamiento) y los biosólidos no tratados pueden sedimentarse en el proceso, lo que demanda más tratamiento o eliminación. La inversión de capital (y espacio) necesaria para el tratamiento aeróbico suele ser mayor que la necesaria para las instalaciones anaeróbicas.
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