A FONDO 13 En la actualidad, en España utilizamos alrededor de 4,3 millones de toneladas de biomasa para generar energía térmica en hogares e industrias, lo que evita la emisión de 939.000 toneladas de CO2, equivalentes a lo que emiten 625.000 vehículos (2022). Por suerte, contamos con una gran variedad y cantidad de recursos biomásicos valorizables con los que podríamos aumentar la aportación de la bioenergía a nuestra matriz energética en los próximos años y a la reducción de emisiones a la atmósfera. Si nos fijamos en la biomasa de origen forestal, vemos que desde los años 90 —según los inventarios forestales nacionales IFN 2, IFN3, IFN4— la superficie arbolada no ha dejado de crecer ya que solo aprovechamos el 35-40% del crecimiento anual de madera de nuestras masas arboladas (cuando en Europa la media supera el 65%), lo que ha dado como resultado que el stock de madera en pie se haya duplicado desde entonces. Esto supone la pérdida de oportunidad de su valorización en forma de madera y/o energía y, sobre todo, provoca una acumulación excesiva de material vegetal en muchas zonas que aumenta el riesgo de aparición de los devastadores grandes incendios forestales (son el 1,1% en número, pero responsables del 90% de la superficie quemada en España). Desde el sector no dejamos de insistir en que la bioenergía con garantía de sostenibilidad puede ser una útil herramienta para reducir el riesgo y los efectos de los grandes incendios forestales en España y en toda la Europa mediterránea. De hecho, el nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) señala la necesidad de reducir la carga de combustible forestal para mitigar incendios y facilitar la extinción, aunque no propone acciones para aprovechar la biomasa resultante como podría ser la obtención de biocombustibles para sustituir combustibles fósiles. “El sector agrícola genera cada año en España casi 13 millones de toneladas de materia seca de restos herbáceos y leñosos”, concreta el presidente de Avebiom “Desde la asociación queremos profundizar en nuestra relación con el sector agrario para involucrar a los agricultores en los proyectos, ya que son pieza indispensable del puzle del biometano, y que vean que esta actividad revierte de forma directa y positiva en el campo”, señala Díaz.
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