ESCAPARATE MÁS NOTICIAS DEL SECTOR EN: WWW.INTEREMPRESAS.NET • SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER 79 Además de las características hidráulicas de la instalación, hay un factor muy importante que es el relativo a los parámetros físicoquímicos de la propia agua a filtrar. Nos podemos encontrar partículas que pueden dificultar este proceso y que pueden ser muy tediosas durante el proceso de contralavado: una concentración excesiva de sólidos suspendidos, una cantidad desproporcionada en materia orgánica, o bien los tensoactivos, en ocasiones pueden llegar a colapsar un sistema de filtro automático, resultando muy difícil desprenderse de ellos con las formas estándares de contralavado establecidas. Para aguas con cierta complejidad, en lo que a materia orgánica se refiere, siempre es aconsejable — partiendo de un análisis exhaustivo de la calidad del agua— aplicar tratamientos fisicoquímicos previos a la entrada de las aguas en los equipos. Igualmente, existen técnicas muy desarrolladas y que son de gran utilidad como son la decantación, la coagulación o la floculación. Un caso por estudiar ocurre cuando el agua es peor de lo que se determinó (lo que suele suceder, sobre todo en años de sequía como los que estamos viviendo). Para garantizar un proceso de retrolavado automático es necesario saber cuándo se deben instalar equipos de mallas, anillas, arena o microfiltración. En este vídeo ayudamos a seleccionar de una forma correcta el sistema de filtración. - LA PRESIÓN, LA CLAVE DEL BUEN FUNCIONAMIENTO Estos equipos que funcionan a presión necesitan de esta para garantizar un retrolavado automático eficiente. De forma estándar, nuestros equipos realizan el contralavado automático con la propia agua filtrada, por lo que es fundamental que la presión y el aporte de agua filtrada vaya acorde a las especificaciones técnicas de cada uno de ellos. • Presión en salida La gran mayoría de sistemas de filtración requieren una presión constante de salida de 2,5 bares durante el proceso de limpieza. No obstante, los filtros de anillas ‘low-pressure’ solo necesitan 1,5 bar y los filtros eléctricos de malla pueden hacer este proceso con 1 bar. Los equipos de arena admiten una menor presión durante el contralavado. Por ejemplo, en el filtro automático de mallas, las boquillas del escáner de limpieza aspiran la suciedad de dentro del cartucho, que debe tener presión suficiente para aspirar las partículas incrustadas en la malla, así la propia fuerza del flujo del agua la pega contra esta. La boquilla tiene que poder extraer esa suciedad mediante succión y para ello necesita en salida una presión mínima (2,5 bares en la mayoría de los sistemas), que no debe confundirse con la presión de entrada. En las anillas ocurriría lo mismo, pero en vez de fuerza de succión, se necesitaría esa presión en salida para poder despegar la suciedad de las anillas cuando se invierte el flujo del agua y esta sale por los orificios de la torre de anillas. En los filtros de lecho lo que precisamos es una presión suficiente para poder remover perfectamente la arena y que salga la suciedad acumulada en el lecho filtrante. Como recomendación general, siempre es aconsejable una presión en entrada ligeramente superior a la que se requiere. • Presión diferencial adecuada La presión diferencial es la diferencia de presión que se produce entre la entrada de agua bruta y la salida de agua limpia, o, en otras palabras, qué cantidad de suciedad vamos a dejar que acumule el filtro antes de darle la orden de limpieza. Decimos ‘’darle la orden’’ porque este parámetro es elegido en el programador. En Lama hemos estudiado cada sistema para hacer una buena elección de la presión diferencial, determinada por la calidad de agua. Además, de ofrecer recomendaciones de cuándo se puede instalar un sistema u otro, también ayudamos a nuestros clientes con información técnica sobre cuál es la presión diferencial que nos asegura un correcto funcionamiento. Por norma general, debe ser 0,3 kg/cm2 en la malla, 0,4 kg/cm2 en la anilla y 0,5 kg/cm2 en arena. Nuestros programadores salen de fábrica con los parámetros de diferencia de presión ya creados, es decir, Lama ha desarrollado su ‘Autosenior One’.
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