FM31 - Industria farmacéutica

ROBÓTICA Y AUTOMATIZACIÓN DE PROCESOS 37 La combinación de tareas básicas como la agitación, el templado, la dosificación, etc. en procesos automatizados sentó las bases de un trabajo de laboratorio más rápido y repetible. Hoy en día, prácticamente todos los equipos de laboratorio están automatizados, al menos parcialmente: desde el sistema HPLC con unidad de bombeo y automuestreador, hasta el fermentador con tecnología de temperatura controlada con precisión y suministro de medios, pasando por la pipeta electrónica con función de soporte para flujos de trabajo predefinidos. Cuando hablamos hoy de automatización en el laboratorio, está indisolublemente ligada a la digitalización. “Es importante recordar que la digitalización por sí sola no es suficiente; especialmente en el laboratorio, la automatización también incluye un fuerte componente de hardware”, afirma Kerstin Thurow, del Centro de Automatización de Ciencias de la Vida (Celisca) de la Universidad de Rostock. Sin equipos y sistemas adecuados para manipular las muestras y el material de laboratorio, no es posible automatizar los procesos de laboratorio. “A menudo esto se pasa por alto o se da por sentado en el debate actual”, señala. Lo ideal es que un dispositivo combine automatización y digitalización, como hacen muchas estaciones de trabajo. Estos dispositivos suelen estar equipados con un software propio que permite a los usuarios guardar sus propios flujos de trabajo sin necesidad de conocimientos de programación. Por ejemplo, se pueden arrastrar y soltar pasos predefinidos en el sistema para desarrollar cribas de fármacos en un PC, que luego realiza automáticamente una estación de pipeteo. De este modo, los usuarios disponen de más tiempo para realizar tareas de laboratorio complejas, como planificar y evaluar experimentos. DE LOS AUTÓMATAS A LAS AUTOARMADURAS Además de los puestos de trabajo, que suelen cumplir una tarea muy concreta, los brazos robóticos, conocidos en la industria, se utilizan cada vez más en el laboratorio. Este tipo de brazo robótico en la fabricación de automóviles, puede realizar movimientos flexibles que de otro modo sólo podría realizar un brazo humano. Esto resulta útil, por ejemplo, para transferir o preparar muestras,y sobre todo en entornos basados en proyectos, donde los flujos de trabajo y las tareas cambian con más frecuencia y requieren una solución más flexible. Para acomodar un asistente robótico en el laboratorio, que suele estar ya limitado por la falta de espacio, los brazos robóticos modernos suelen ser los llamados cobots, abreviatura de robots colaborativos. Su ventaja es que pueden integrarse con seguridad en un espacio de trabajo compartido con un humano, sin necesidad de separación física. Es concebible que en el futuro los asistentes robóticos sustituyan al personal de laboratorio en tareas sencillas y tediosas. “Kevin”, un cobot autónomo desarrollado por el Instituto Fraunhofer de Tecnología de Automatización, ya se utiliza en laboratorios reales. Este cobot se mueve de forma autónoma por el laboratorio, tomando muestras y transportándolas entre la zona de Cuando hablamos hoy de automatización en el laboratorio, está indisolublemente ligada a la digitalización

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