FM31 - Industria farmacéutica

35 el cliente. Por último, su sistema de protección IP65/67 y sus certificaciones en materia de seguridad, facilidad de limpieza e higiene, encajaba perfectamente con las necesidades de una industria como la farmacéutica. Un sector que, a causa del papel que desempeña en el bienestar de la sociedad, requiere que cualquier equipo que entre en contacto con los productos supere un minucioso proceso de documentación que abarca desde certificaciones a materiales utilizados, validación de planos, (instalación eléctrica, programación…), etc. DISEÑO CONCRETO PARA NECESIDADES ESPECÍFICAS El proyecto supuso un gran número de desafíos para la compañía, más allá de las normativas en calidad e higiene. Por ejemplo, el de la alimentación de los envases, ya mencionado anteriormente, que quizás fue el más complejo en la fase de diseño. Para solventarlo, desde GMG diseñaron diferentes garras y programaron la repetición de movimientos de cada formato para tener en cuenta tanto la forma de las bandejas como la posición de los inyectables. Además, el sistema cuenta con su propia trazabilidad gracias a una cámara para visión y posicionamiento de la etiqueta. Adicionalmente, el cliente también requería que el sistema contase con un número de acumulaciones de varias pilas de bandejas; lo que añadía una dificultad extra a la hora de realizar la programación. Desde GMG diseñaron un sistema en el que, una vez se alimentan los envases, las bandejas vacías también son apiladas en una cinta de salida. De esta manera, cuando llegan a una acumulación concreta, se sacan con unas cintas que liberan al operario de estar centrado exclusivamente en esta tarea. El resultado es una etiquetadora con un periodo de trabajo autónomo entre los 10 y los 15 minutos, dependiendo del formato. Por último, al tratarse de un producto muy exclusivo y para el consumo humano, su etiquetado tenía que ser tremendamente preciso, por lo que había que integrar un sistema de rechazo para todos aquellos inyectables que no estaban correctamente cualificados. Así, cuando la solución marca la etiqueta con el número de lote y la fecha de caducidad, si el inyectable no cumple una serie de parámetros, rechaza la etiqueta. Este era un proceso que antes de la instalación de la etiquetadora de GMG se realizaba de manera manual, dando lugar a posibles errores humanos. Tras su automatización, que requirió de una segunda cámara que verificase el marcaje, no sólo se ha acelerado el proceso, sino que se ha eliminado la posibilidad de cualquier tipo de error. n

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