MATERIALES Y SOSTENIBILIDAD 44 seguros, pero también se tiene en cuenta el final de su vida útil en el diseño de los mismos. Entremos en materia. ¿Cuáles son las principales técnicas que hasta ahora se venían empleando en reciclaje de residuos plásticos y cuáles son las innovaciones que hoy están demostrado un salto en efectividad? Y, en concreto, le pregunto por los procesos avanzados de despolimerización enzimática y química que habéis desarrollado. Tradicionalmente, para corrientes de elevada pureza, siempre que ha sido posible, se ha llevado a cabo un reciclado mecánico consistente en la descontaminación, trituración y reintroducción en el circuito de materiales plásticos. Las principales innovaciones están llegando ahora para las corrientes residuales no puras o que tienen un formato de presentación que no es el habitual en las operaciones de reciclado mecánico (material en polvo, mazacotas, materiales multicapa, fracciones muy contaminadas, etc.). En estos casos, los procesos de reciclado químico por solvólisis pueden ser de gran utilidad cuando se trata de polímeros de policondensación (por ejemplo, los poliésteres). Para fracciones de poliolefinas como el polietileno (PE) y el polipropileno (PP) que no sean aptas para reciclado mecánico (por su forma de presentación o por estar muy mezcladas con otros materiales) es más aconsejable el uso de la valorización termoquímica. Así, se imitan los procesos de la industria del petróleo y se logran productos químicos de base como el syngas (mezcla de CO y H2) o de aceites de pirólisis que pueden ser reformados posteriormente a combustibles sintéticos y otros productos de química de base. El reciclado enzimático es otra prometedora opción que puede plantearse en el caso de polímeros como los poliésteres, entre los que se incluye el PET y muchos tipos de bioplásticos como por ejemplo el PLA o el PHB. Aunque es una tecnología que está en sus primeras etapas de desarrollo, el proceso es factible, aunque todavía requiere de un importante trabajo de escalado para conseguir que sea rentable y de aplicación industrial. A pesar de ello, tiene una importante ventaja respecto a la solvólisis y la valorización termoquímica, y es que las temperaturas de trabajo son mucho más bajas. Desde luego, el reciclado enzimático va a adquirir en el futuro un gran interés en determinados plásticos y sectores. Tanto la despolimerización química como la enzimática de corrientes residuales con alto contenido en PET han sido desarrolladas en el ámbito del proyecto RecyPET. En el caso de la despolimerización química, se ha validado el proceso a escala piloto con un rendimiento de despolimerización superior al 95% del PET y se han obtenido monómeros y oligómeros con elevada pureza aptos para poder ser reutilizados para la producción de r-PET. En el caso de la despolimerización por vía enzimática, basada en enzimas, también se ha validado a escala piloto alcanzando rendimientos del 80% y obteniendo monómeros con un alto grado de pureza (hasta 99%). ¿Cree que es factible la posibilidad de hallar un nuevo material que, como el plástico, permita fabricar en cualquier forma y color a precio módico, solo que, esta vez, no contamine tras su vida útil? Cada material tiene su aplicación y su nicho de mercado. En mi opinión, la clave no está en encontrar un nuevo material que solucione todo, sino en el uso razonado y apropiado de cada material para cada aplicación. Y hay otro aspecto si cabe más importante: lo que menos se mezcla más posibilidades tiene de ser reciclado. Quizá la clave no esté tanto en el material sino en utilizar y recuperar los materiales de la forma más eficiente posible. ¿Cree que, a largo plazo, llegará a ser irrelevante el material del que un producto esté hecho y será su vida útil y su impacto ambiental lo que lo defina? Cuando dispongamos de técnicas que permitan recuperar hasta el último pedazo de plástico o de cualquier otro material y darle una nueva vida, sin duda. Pero, si hay algo que manifiestamente puede mejorar las cosas, somos los propios consumidores y usuarios de los envases. Poner el residuo en el contenedor adecuado, evitar mezclas y contribuir a recuperar materiales es un aspecto clave para la recuperación no solo del plástico, sino de cualquier material. Para ayudar a las empresas a cumplir con los distintos objetivos de sostenibilidad, entre ellos, el de aumentar el porcentaje y la calidad de los materiales de envase reciclados, en Itene desarrollamos nuevos procesos de reciclado de papel y cartón, así como procesos de reciclado mecánico, químico y enzimático para valorizar envases o fracciones de plástico. Del mismo modo, desarrollamos materiales para packaging sostenibles y avanzados, y evaluamos su reciclabilidad o compostabilidad, así como si son reutilizables. Asimismo, trabajamos en procesos de valorización de residuos, un reto de importancia para ciudades, gestores de residuos y empresas en las que se generan, principalmente en el sector agroalimentario. n “El reciclado enzimático va a adquirir en el futuro un gran interés en determinados plásticos y sectores”
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