Industria farmacéutica y cosmetica_FM26

61 REPORTAJE la inflamación crónica de baja intensidad–, y los integradores, relativos a los fallos funcionales resultantes de daños que no pueden ser reparados –como el agotamiento de las células madre–. Uno de los factores recién incorporados a esta lista de causas de envejecimiento, fruto del resultado de más de dos décadas de investigación, son las alteraciones en el mecanismo de limpieza y renovación celular, la autofagia. Este proceso ha evolucionado para protegernos –es pues un factor antagonista– ‘engullendo’ todo producto de desecho que ponga en riesgo la homeostasis celular y el perfecto equilibrio del organismo. Si los sedimentos no son eliminados se adhieren a la célula alterando su expresión, como ocurre, por ejemplo, en las enfermedades neurodegenerativas. Los novedosos fármacos que ‘limpian’ estos productos de desecho acumulados (resultantes de infecciones, mutaciones, etc.), son los senolíticos. Su particularidad es que identifican y eliminan específicamente las células envejecidas o senescentes; se trata de células que han dejado de dividirse, lo que significa, por definición, que están muertas, sin embargo continúan teniendo actividad biológica, causando inflamación y deterioro en el funcionamiento del tejido donde se acumulan. Algunos de los compuestos que primero demostraron revertir la expresión génica eliminando las células senescentes, y que ya se utilizaban desde hacía tiempo, fueron la metformina, en el tratamiento de la diabetes tipo 2, hoy ya probándose en humanos como senolítico, y el dasatinib, utilizado en el tratamiento del cáncer. En estos momentos se aborda una segunda generación de senolíticos, que sehan logradomediante terapiadirigida, en concreto, ‘mapeando’ la superficie de la célula senescente para facilitar su reconocimiento al anticuerpoque,modificado, descarga una sustancia tóxica sin afectar a las células circundantes no senescentes. El funcionamiento es similar al que se utiliza para tratar el cáncer, programando (‘enseñando’) el anticuerpo para que reconozca, en lugar de la célula cancerígena, la célula senescente. El estudio ha sido realizado por el equipo del Dr. Salvador Macip, investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y de la Universidad de Leicester (Reino Unido). Los telómeros se hallan en los extremos de todos los cromosomas de nuestra cadena de ADN, a modo de elemento de protección; una especie de sellado, como el remate de los cordones de un zapato. Su progresivo acortamiento a causa del paso del tiempo, es decir, de la continua división celular que implica la vida, determina el nivel de deterioro de nuestro organismo: nuestra edad biológica. Ya hay laboratorios que ofrecen analíticas de longitud telomérica.

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