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12 MEDICINA PSICODÉLICA lado, la dificultad en la aplicación del método científico en el estudio de estos compuestos para su uso como psicoterapia asistida. No es posible aplicar criterios de doble ciego ya que el placebo es inviable: el sujeto sabe si lo que se le ha administrado es un psicotrópico o no. A esto se añade que el ‘viaje’ interior es una experiencia subjetiva, o el escaso interés que tiene para las farmacéuticas comercializar un compuesto que, en un momento dado, el ciudadano puede elaborar en su casa. Lo que sí se sabe es que la indicación de estas moléculas depende de la estructura de la personalidad del paciente o usuario. Está contraindicado en psicóticos y esquizofrénicos, ya que en ellos las sustancias visionarias pueden provocar cuadros agudos. Pero hace falta saber más. La comunidad científica reclama reducir los estrictos requisitos legales que los investigadores han de cumplir para experimentar con estas sustancias, con el objetivo de conocer hasta qué punto la psicoterapia asistida con enteógenos puede mejorar la salud psicosocial. Y si en el punto de mira de los científicos está el que no se cometan los mismos errores que en el pasado, el asunto parece que ya se nos está yendo de las manos antes siquiera de empezar. Desde la costa oeste de EE. UU., y propagándose por todo el país, y también a Europa, llegan los microdélicos. Microdosis de LSD y psilocibina, principalmente, que no provocan ningún tipo de visión o alucinación y sus usuarios aseguran que mejoran la percepción y la atención, tienenmás energía ymayor sensación de plenitud. Algunas investigaciones sugieren que aumentan las capacidades cognitivas y refuerzan la actividad cerebral, así como la higiene mental a largo plazo. Los consumidores habituales ingieren una microdosis (entre un 5% y un 10% de la dosis de psicodélico que genera la experiencia visionaria o alucinógena), y dejan pasar tres días entre cada toma para no crear tolerancia. Al cierre de esta edición, la ciudad de San Francisco acaba de aprobar una resolución para despenalizar psicodélicos como los hongos psilocybe y la ayahuasca. Muy lejos del espíritu hippy, que se rindió al LSD persiguiendo evadirse de un mundo convulso e injusto, los consumidores de estas pequeñas dosis son profesionales que buscan mejorar su rendimiento intelectual en la vida diaria, pero sin la estimulaEl cerebro en estado de alerta continuada administra sus recursos activando la llamada ‘red neuronal por defecto’, es decir, haciendo entrar al cerebro en modo ‘piloto automático’ ción alucinógena que causarían dosis mayores. Estos nootrópicos, en el ‘valle del silicio’ no son ninguna novedad. El compuesto más extendido es el LSD en forma líquida; una pequeña gota en, por ejemplo, una infusión y los sentidos sienten más... Es lo que refieren sus usuarios. Los estudios realizados no son concluyentes. Pero la ciencia, que no tiene prejuicios, y en el cumplimiento de su deber, desea, y exige, saber. n Eludir la dispersión mental es el objetivo de prácticas como la meditación o el mindfulness. El estrés activa la red neuronal por defecto y, como los psicoactivos, la meditación la apaga, lo que se ha podido observar en tomografías de meditadores experimentados.

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