ENTREVISTA ¿Puede explicar cuál ha sido la evolución en la última década de las necesidades de la industria farmacéutica en el tratamiento del agua que utiliza, tanto en la de procesos como en la de alta calidad para preparados farmacéuticos?, y ¿cuáles son los principales sistemas utilizados? La industria farmacéutica siempre ha necesitado agua purificada en distintos grados de pureza, que varían en función de cuál es su aplicación final. En la terminología del sector hablamos de tres tipos: agua purificada, altamente purificada y agua para inyectables. La calidad de estas aguas viene marcada por los estándares de la Farmacopea Europea o la Farmacopea de EE UU y estos no han cambiado mucho en los últimos años. Sin embargo, sí se han producido cambios significativos en cuanto a la forma de producir el agua. Así, por ejemplo, hasta 2017 la Farmacopea Europea requería que el agua para inyectables se produjese por destilación, pero desde abril de ese año permite también la producción por procesos de purificación equivalentes, como la ósmosis inversa, ya sea de un paso o de doble paso, combinada con otras técnicas apropiadas tales como la electrodesionización, la ultrafiltración y la nanofiltración. En Veolia, por ejemplo, contamos con el equipo denominado comercialmente Orion, que ha sido implantado en un significativo número de compañías farmacéuticas. A lo largo de los 40 años que llevamos en el mercado en España y Portugal, hemos realizado importantes mejoras en este sistema para reducir costes de operación e incrementar su eficiencia, lo que incluye el ahorro de agua, algo cada vez más crucial para la industria en un entorno marcado por la escasez de recursos. Otro avance a destacar es la digitalización de las instalaciones, que permite ofrecer un servicio cada vez más seguro, más eficiente, flexible y adaptado a las necesidades, con capacidad de respuesta a los cambios casi en tiempo real, y optimizar el mantenimiento preventivo que redunda en alargar la vida de las instalaciones, programar adecuadamente las paradas técnicas e incluso anticiparnos a posibles incidencias. ¿Hasta qué punto la industria farmacéutica está involucrada en la transición hacia la optimización de los recursos hídricos que emplea en sus distintos procesos?, ¿en qué ámbitos haymás demanda: reutilización de aguas residuales, producción y recuperación de energía, recuperación de subproductos, etc.? Sin duda, la industria farmacéutica está volcada en la transición ecológica. La preocupación de nuestros clientes por el ahorro de agua ha ido creciendo en los últimos años. En el campo de las aguas residuales, también hay una creciente preocupación por los llamados microcontaminantes orgánicos. Se trata de un problema emergente que inquieta cada vez más a la industria en general, incluida la dedicada a la fabricación de productos farmacéuticos. Estos contaminantes llegan a las depuradoras de aguas residuales municipales y en la mayoría de los casos su depuración no es completa, por lo que una parte se devuelve a los medios receptores, produciéndose su difusión en el medio ambiente. Con ello se termina cerrando el ciclo y se van añadiendo nuevas cantidades a las ya existentes. Sin ir más lejos, es muy ilustrativo el estudio publicado recientemente en la revista científica PNAS. Se trata del mayor estudio realizado hasta la fecha sobre los residuos de medicamentos en aguas fluviales. Y en él aparece el río Manzanares como el más contaminado con fármacos de toda Europa, por delante del Támesis, del Sena o del Danubio. Y eso no ocurre ni porque se consuman más medicamentos en Madrid ni porque los sistemas de tratamiento sean peores. Eso es debido a la reducción del volumen de agua del río, lo que hace que ese entorno sea especialmente vulnerable a los vertidos de aguas tratadas que aún contengan restos de determinados componentes. “El río Manzanares es el más contaminado con fármacos de toda Europa, no porque se consuman más medicamentos en Madrid sino por la reducción del caudal del río” Por lo tanto, a la vista de la evolución que está teniendo este problema, aunque las normas de vertido aún no están claramente fijadas para este tipo de compuestos orgánicos, está claro que pronto será imperativo asegurar la completa eliminación antes de su descarga en el medio ambiente. Eso probablemente se hará mediante un tratamiento terciario, pero habrá que plantearse afrontar este problema desde diversos frentes de forma simultánea. Como por ejemplo, con la eliminación complementaria directamente en las plantas de agua potable. ¿Puede destacar algún ejemplo de proyecto que hayan desarrollado para compañías del sector farmacéutico, que considere de especial interés para nuestros lectores? Precisamente, uno de los proyectos más interesantes que hemos realizado ha sido el destinado a la depuración de las aguas residuales para la factoría de Tres Cantos, en Madrid, para Merck. La instalación ha consistido en una planta modular, basada en la tecnología de lecho 11
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