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GASES REFRIGERANTES 43 alto potencial frigorífico y bajo impacto ambiental son una realidad. La norma, que se encuentra actualmente en revi- sión, establece las prohibiciones en el uso de gases refrigerantes y su elimi- nación gradual desde el año 2015 que entró en vigor hasta 2030. El escollo que están encontrando los esfuerzos de toda la cadena de valor –fabricantes de equipos, de fluidos, distribuidores, insta- ladores y usuarios- se refiere a la intensa actividad del mercado negro de HFC que, según el European Fluorocarbons Technical Committee (EFCTC) en el año 2018 aportó a la atmosfera hasta 34 millones de toneladas equivalentes de CO2. Es decir, además del daño a la industria legal, el perjuicio al medioam- biente es enorme. Aun así, el cambio es una realidad dentro de las diferen- tes gamas de refrigerantes. Antes de abordar los grupos principales, con- viene recordar que, a la hora de elegir entre una u otra opción, es necesario estudiar las características y usos de la instalación frigorífica a la que vayan destinados. Además, debemos expli- car a los usuarios finales la necesidad de asumir la construcción de plantas más caras y con retornos de inversión más largos. Algo perfectamente abor- dable cuando lo que se considera es el coste total del ciclo de vida de la ins- talación y los ahorros que se generan en materia de eficiencia energética. REFRIGERANTES NATURALES Una tendencia que ha llegado para quedarse es la de los refrigerantes natu- rales. Aquí también las soluciones son variadas y aptas para diferentes tipos de instalaciones. De este modo, el CO2 se impone en la refrigeración comercial centralizada; el propano y el isobutano son utilizados en sistemas de carga baja e instalaciones de agua-glicol; el NH3 (amoniaco) en las instalaciones que necesitan grandes potencias fri- goríficas y en los sistemas indirectos; y, por último, el aire también es una solución idónea para las aplicaciones emergentes. Por supuesto, el agua es otro refrigerante natural que surge de los sistemas más tradicionales del frío y que se sigue utilizando en ins- talaciones cada vez más avanzadas de torres de refrigeración. El hecho de que grandes usuarios del frío –como la distribución alimentaria- estén apostando fuerte por algunos de estos sistemas hace que los esfuerzos de la industria para su desarrollo sean especialmente destacables. LA ENTRADA EN ESCENA DE LOS GASES LIGERAMENTE INFLAMABLES A2L Y LOS HFO Durante la pasada década, el R410A dominó el mercado del acondi- cionamiento del aire doméstico al responder a las exigencias del Protocolo de Montreal, cuyo objetivo era eliminar el uso de los gases refrigerantes que agotan la capa de ozono. En su contra siempre ha jugado su alto Potencial de Calentamiento Atmosférico (PCA), que hizo que en el Reglamento F-Gas pusiera fecha a su salida del mercado para nuevos equipos en el año 2025. El cambio para sustituir a éste y otros fluidos parecidos es un hecho y, en la actualidad, en el mercado existe la llamada 4ª generación de los gases fluorados, una amplia gama de alter- nativas HFO (hidrofluoroolefinas), compuestos formados por átomos de hidrógeno, flúor y carbono, que ofrecen un potencial de agotamiento de ozono igual a cero y bajo potencial de calentamiento global. Los HFO son, actualmente, las solucio- nes de menor impacto ambiental de los gases fluorados utilizados en siste- mas de acondicionamiento de aire de vehículos y en enfriadoras. Debido a su inflamabilidad y al rango de tem- peraturas, estas sustancias puras son mezcladas con otros HFC para dispo- ner de soluciones no inflamables (A1) respetuosas con el medioambiente. La aprobación del Reglamento de Seguridad para Instalaciones Frigoríficas hace aproximadamente dos años está permitiendo el uso de refrigerantes ligeramente inflamables HFO-A2L, que están siendo muy demandados en grandes usuarios de frío, como son los supermercados. Sus ventajas son un PCA bajo (una reducción de hasta 99% en comparación con generacio- nes de refrigerantes anteriores), no ser nocivos para la capa de ozono, exce- lente capacidad frigorífica, y altas tasas de eficiencia energética. CONCLUSIÓN: UN OBJETIVO DE TODOS En Aefyt trabajamos bajo la impronta de que el desarrollo sostenible no solo es necesario, sino que es una gran oportunidad para la industria del frío. Para ello, nuestras empresas lideran el cambio cultural y tecnológico que, sin embargo, debería estar apoyado por iniciativas financieras en el ámbito de la energía y otros aspectos que favo- rezcan un reequilibrio económico en Europa para ayudar a nuestros clientes finales a realizar la completa transición ecológica. El impulso de la producción en la Unión Europea tras décadas de deslocalización es urgente, como se está viendo con la escalada de los precios de las materias primas y de los fletes. Confiamos en que los fon- dos Next Generation, para los que Aefyt ha liderado la Manifestación de Interés “Refrigenia 4.0”, dirigida a la “Digitalización y eficiencia energética en instalaciones de refrigeración de la industria española de la alimenta- ción y bebidas” contribuyan a cumplir este objetivo de país. n
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