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36 INTELIGENCIA ARTIFICIAL alertan a los familiares cuando dejan de detectar movimientos habituales, un sistema que salvaguarda la intimidad –y dignidad– del anciano, frente a la monitorización en vídeo. Para el seg- mento senior, además de los sensores de presencia, hay pastilleros inteligen- tes o robots sociales, como Misty, un pequeño robot, adaptado por Grupo Saltó dentro de su proyecto Somcare, que el Ayuntamiento de Barcelona ha distribuido en 20 hogares como parte de un programa piloto que se inició en enero de 2020, con el que busca valo- rar los beneficios de incorporar estos aparatos al día a día de las personas mayores que viven solas. También veremos el despegue de la robótica social, con inteligencias arti- ficiales entrenadas para interpretar nuestras expresiones no verbales y su correspondencia con emociones, que serán capaces de imitar las respuestas humanas. Hace algunos meses, el fabri- cante de la famosa robot humanoide Sophia, de Hanson Robotics (Hong Kong), anunciaba su producción en masa. Al parecer también será Sophia quien atienda a los medios de comu- nicación en las próximas elecciones de la comunidad de Madrid. Y lo último, un sistema de IA en estudio en EE UU, para incorporar al inodoro: éste toma una imagen de las heces dentro de las tuberías y envía la información al facultativo. RUMBO AL FUTURO Primero hicieron el trabajo duro, y nues- tros músculos lo agradecieron –aunque ya no son lo que eran–. Después lo calculaban todo en un plis plas, un verdadero alivio para nuestros circuitos neuronales encargados de asistirnos en las tareas de cálculo mental –existen evidencias de que se está reduciendo el llamado ‘efecto Flynn’, nombre que recibe el hecho de que el coeficiente intelectual aumente en cada gene- ración–. Hoy pueden tomar algunas decisiones por nosotros lo cual, a veces, es francamente cómodo, pero ¿hasta qué punto la comodidad nos hará dejar de reflexionar sobre la responsabilidad de nuestras decisiones y, finalmente, abdicar de ellas, en una vuelta al ‘que inventen ellos’, en este caso los robots, ya que tanto saben? Los investigadores alertan sobre el peligro de delegar los factores éticos que intervienen en el proceso de toma de decisiones, lo que unido a los numerosos vacíos legales que se van a generar con la implanta- ción de las tecnologías involucradas en la IA, está movilizando a los gobiernos en muchos puntos del planeta y algu- nos parlamentos ya están legislando al respecto. En 2019 la Unión Europea publicó un primer documento, Directrices Éticas para una IA fiable, elaborado por un grupo independiente de expertos de ¿Hasta qué punto la comodidad nos hará dejar de reflexionar sobre la responsabilidad de nuestras decisiones y, finalmente, abdicar de ellas, en una vuelta al ‘que inventen ellos’, en este caso los robots, ya que tanto saben?

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