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32 INTELIGENCIA ARTIFICIAL nuevas y veloces herramientas pre- dictivas que nos trae la IA también puede cambiar el curso de la evolu- ción, solo que... a nuestro favor. El pasadomes de agosto se publicaba el último informe del órgano de Naciones Unidas ‘Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático’ (IPCC), donde se constata que “el cam- bio climático es generalizado, rápido y se está intensificando” –reza el comunicado de prensa– y se alerta sobre las conse- cuencias del calentamiento del planeta, que está cambiando los patrones de precipitación y causando el deshielo del Ártico, lo que provocará cada vez más fenómenos climatológicos extre- mos. El último informe Perspectivas de la Biodiversidad Global, de la misma organización, también arrojaba datos alarmantes; en palabras del principal autor del informe, David Cooper: “Solo con medidas de conservación y res- tauración no se podrá evitar que se produzca la sexta extinción masiva de especies que el planeta ha sufrido en su historia”. Este nivel de extinción supone la desaparición de tres cuartas partes de todas las especies; ha ocurrido cinco veces, pero esta es la primera cuya causa sería la acción humana; tres se produjeron por explosiones volcánicas extremas y dos por el impacto de aste- roides. Precisamente en las próximas semanas la NASA lanzará una nave para realizar la primera prueba que tiene como finalidad desviar la trayectoria de un asteroide. Se trata de la misión DART (Double Asteroid Redirection Tests), que testeará este método de defensa planetaria contra objetos cer- canos a la Tierra. El Falcon 9 impactará, cargado de explosivos, contra el aste- roide Demorphos en octubre de 2022. En La sexta extinción, de Elizabeth Kolbert, premio Pulitzer en 2015, se documentaban evidencias sobre cómo la velocidad de nuestros patro- nes de consumo está acabando con la diversidad biológica de todos los eco- sistemas, lo que pronostica la extinción del periodo Holoceno en el que nos encontramos. Ahora, la misma autora recoge en su última obra, El cielo blanco, el trabajo de investigadores que desde distintos puntos del planeta tratan de aportar algunas soluciones que con- trarresten esta degeneración. Relata, por ejemplo, cómo un grupo de inge- nieros está convirtiendo las emisiones de carbono en piedra en Islandia, o cómo los físicos están estudiando la posibilidad de lanzar pequeños dia- mantes a la estratosfera para enfriar la tierra, lo que cambiaría el color del cielo de azul a blanco. Por lo que respecta al CO2 al parecer no será suficiente con reducir las emi- siones, además hay que retirar parte de las ya existentes. Almacenarlas o utilizarlas comomateria prima de otras industrias, entre ellas la farmacéutica y cosmética –para la fabricación de aromas y esencias– o la alimentaria –en bebidas carbonatadas–, o en la pro- ducción de combustibles sintéticos, son algunas de las soluciones en las que se trabaja desde las tecnologías de captura, almacenamiento y uso del carbono (CCUS), en las que intervienen aplicaciones de IA. La implantación de los vehículos autónomos y de las smart cities constituirá otra de las grandes contribuciones de la IA a la reducción de emisiones. Los sistemas predictivos de IA resultan especialmente útiles en el campo del estudio de la evolución

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