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INTELIGENCIA ARTIFICIAL 13 El sector industrial lleva décadasmejorando la automa- tización de sus procesos con programas que realizan eficientes operaciones de datos, optimizando así su producción o su logística, por ejemplo. Hoy está incor- porando sistemas de IA, que pasan de operar datos a analizarlos para ofrecer una propuesta de acción que no les ha sido explícitamente programada. ¿Cómo se consigue esta nueva manera de procesamiento de datos, y qué viene a aportar este cambio de para- digma a las empresas que la adopten? A lo largo del siglo XX hemos aprendido a aprender de forma automatizada. En varias décadas de progreso en inteligencia artificial hemos creado tecnología, como es el aprendizaje supervisado, el no supervisado o el basado en el refuerzo. Ahora tenemos redes neuro- nales adversarias que se entrenan mutuamente para aprender más allá de lo que un humano les pueda enseñar. Ha sido un camino lleno de tropiezos y éxitos. El resultado es impresionante. La pregunta no es si una empresa ha de optar por incluir inteligencia artificial, sino si muchas de las empresas existentes tienen, o tendrán, sentido en una sociedad íntimamente con- trolada por entes artificiales. El progreso tecnológico es una marea silenciosa. Aquellas empresas más ágiles, sean del sector que sean, tendrán éxitos superiores a su competencia. No hay vaquerías en las ciudades, ni videoclubs, ni carros o caballos, como los hubo hace un siglo. La velocidad de progreso es impre- sionante. Mi consejo es que todos debemos abandonar nuestros prejuicios y comprender la ciencia y la tecno- logía que se deriva, de forma no sesgada y sin agendas. ¿Hasta qué punto la estrategia que adopte cada país con respecto a la inversión y el desarrollo de la IA y otras tecnologías avanzadas condicionará su futuro? A usted le encargó el gobierno de Abu Dhabi liderar un proyecto sin precedentes: construir la primera computadora cuántica de EAU, colocándole al frente del Centro de Investigación Cuántica del Instituto de Innovación Tecnológica. ¿Cómo valora esta apuesta y su experiencia de trabajo allí? ¿Y cuéntenos cómo va el proyecto del ordenador cuántico? Sí, el gobierno de Abu Dhabi me encargó crear el primer ordenador cuántico del mundo árabe. Es un reto feno- menal. No existe una verdadera cultura científica en los Emiratos. Pero existirá en pocos años. Muchos son los países que avanzan con paso muy firme: Israel, Corea del Sur, Singapur. Otros se retuercen en su propia burocracia y discusiones de tertulia. Nuestro proyecto avanza de forma firme, en colaboración con investigadores en Barcelona. La ciencia tiene sus tiempos, ajenos a las estridencias mediáticas. Soy partidario de la humildad inmediata, compatible con la ambición de largo plazo. Usted es socio y fundador de la spin-off Qilimajaro Quantum Tech, que ofrece servicios de optimización de procesos basados en tecnología cuántica ¿qué tipo de proyectos les están encargando? Qilimanjaro tiene por objetivo construir ordenadores cuán- ticos útiles. Es un gran reto. Debemos construir chips basados en corrientes superconductoras, colocados a 10 miliKelvin, donde mantienen su coherencia cuántica. También creamos el stack de programación llamado Qibo. Por separado desarrollamos algoritmos cuánticos. En mi opinión, la computación cuántica debe comprenderse de forma coordinada. Es un ataque completo al paradigma clásico de computación. Sabemos que es posible; ahora toca hacerlo. En este momento la inteligencia artificial y la computación cuántica se están combinando para crear computación hibrida. Este esfuerzo tendrá, sin duda, impacto en el sector farmacéutico en todos sus ámbitos: química cuántica, desarrollo de medicamentos, optimi- zación de procesos, predicción..., todo lo calculable será mejorado. ¿Nos encontramos en el punto en que para avanzar en IA hay que focalizarse en la fase de entrenamiento de estos robots para que sean verdaderamente inte- ligentes? ¿Por qué es tan importante esta cuestión y cómo se entrenan estos sistemas? Nuestros sistemas son más inteligentes de lo que la gente cree. Han sustituido el criterio humano en innu- merables ámbitos de decisión. Pero tan pronto como un ordenador logra superar a los humanos en una tarea, de inmediato cuestionamos su capacidad de resolver algo más difícil. La ciencia tiene paciencia. Vencerá cual- quier obstáculo. No lo duden, la inteligencia artificial llegará a ser brutal, la tendremos que reprimir con leyes. El énfasis en robots es de poca importancia compa- rado con el universo de aplicaciones algorítmicas que se están desarrollando. Es mucho más interesante el progreso alcanzado en aplicaciones del procesamiento del lenguaje natural. ¿Cómo progresará la IA en los próximos años?, en particular, ¿qué podrá hacer la inteligencia arti- ficial a corto y medio plazo para mejorar la salud humana? Como tantos otros campos, el mundo de la salud ha pecado de menospreciar el mantener grandes bases de datos depuradas. Poco a poco, ese retraso se ha ido paliando. En primer lugar, la minería de datos hará su buen papel. Luego llegarán algoritmos más sofistica- dos. Más adelante el progreso se acelerará. Programas hablarán con programas, se cruzarán todo tipo de algoritmos y datos. Estamos viviendo la infancia de la inteligencia artificial. En el caso de la salud, todavía estamos en la cuna.

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