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Un bebé que pase lamayor parte del tiempo boca arriba, con vistas al techo, en una cuna de altos y espesos barrotes como panorama periférico, obtendrámuy poca información sobre su entorno y establecerá conexiones neuronalesmenos complejas que otro individuo expuesto a unmayor número de estímulos. 8 ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS SINAPSIS. EL ORIGEN Desde los primeros momentos de la vida, las células de nuestro sistema ner- vioso, las neuronas, reciben una marea de estímulos que gestionar, y lo hacen interconectándose entre ellas y organi- zándose delmodomás eficiente posible para consolidar la nueva información, conformando una huella única. Como dice el verso ‘se hace camino al andar’, y cualquier nuevo aprendizaje desen- cadena una nueva ruta de conexiones sinápticas que modifican la estructura dendrítica de un entramado de billones de neuronas comunicándose entre sí a velocidades de vértigo. Este jolgorio comunicativo tiene lugar, concretamente, en los espacios inter- neuronales o espacios sinápticos. Precisamente, lamás importante apor- tación de Ramón y Cajal a la neurología tras ser testigo por primera vez de un proceso de sinapsis en sumicroscopio, fue demostrar que las neuronas no se tocaban y que, por tanto, no constituían un tejido celular compacto, como se creía. La transmisión se produce por la liberación por parte de una neurona, de sustancias químicas, neurotransmisores principalmente, que interactúan con las moléculas de la neurona receptora, generándose un impulso eléctrico que será el que, específicamente, transporte la información. Tenemos unos 100 mil millones de neuronas, con infinitas posibilidades de combinación entre ellas y que pueden además formar conexiones, o sinapsis, desde cualquiera de sus partes (den- drita, axón y soma o núcleo). Así, se dan asociaciones del tipo dendrita-soma, axón-axón, dendrita-dendrita, soma-den- drita, etc. El entramado de conexiones avanza velozmente en los primeros años de vida aportando al individuo los recur- sos con los que adaptarse al medio: realizar todos los procesos biológicos y adquirir capacidades físicas y men- tales, tanto básicas como superiores. Pero como la máxima de la naturaleza es ‘no infrautilizar recursos’, y en aras del buen funcionamiento del cerebro, éste optimiza su eficiencia llevando a cabo las llamadas ‘podas sinápticas’. La primera tiene lugar alrededor de los 3 años de edad y la segunda gran poda acontece durante la adolescencia. Las conexiones sinápticas poco utiliza- das son eliminadas, mientras que las más usadas se mantendrán o incluso se potenciarán, redundando todo ello en un funcionamiento más efectivo y eficiente del conjunto de procesos cerebrales. Si bien hasta hace unos años se pen- saba que tras las podas, las neuronas no establecían nuevas conexiones hoy se sabe que las sinapsis se siguen pro- duciendo durante toda la vida (aunque la información nueva se guarda cada vez con menos eficiencia), gracias a la capacidad del cerebro de adap- tarse, su plasticidad, que le permite reorganizar sus redes neurocognitivas. Algunos de los fármacos y las inter- venciones en rehabilitación cognitiva utilizados en pacientes de Alzheimer y Parkinson, por ejemplo, tratan de aprovechar esa plasticidad para refor- zar las conexiones que aún no se han deteriorado. Además, recientes investigaciones han demostrado que la inducción artifi- cial de la plasticidad sináptica en una determinada zona del cerebro situada en el hipocampo –el gyrus dentado–, aumenta la producción de neuronas nuevas y mejora la supervivencia de las existentes. Y un consejo del doc- tor Gurutz Linazasoro, neurólogo y CEO de Vivebiotech en declaracio- nes recientes: “El envejecimiento y las enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer o el Parkinson, con- llevan la pérdida de sinapsis; por este motivo, una de las mejores maneras de prevenir estas enfermedades es teniendo un excedente de sinapsis como resultado de un aprendizaje continuo a lo largo de la vida”.

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