EMPRESAS FAMILIARES 76 Cinco buenas prácticas para la gestión de equipos en empresas familiares Ricard Agustín, fundador de Family Business Solutions y consultor de empresas familiares Contar con un equipo comprometido, motivado, formado e informado es para muchas empresas familiares del sector, sobre todo para las pymes, una de las claves de su éxito. Cuando los equipos están bien dirigidos, los miembros están involucrados y se sienten satisfechos. Gracias a ello, hay un buen ambiente de trabajo, la comunicación y la confianza fluyen de manera natural, incluso más que en los negocios no familiares, conseguimos retener el talento, tanto el familiar como el no familiar, y la eficiencia empresarial se multiplica, ya que todo esto nos ayuda a ser más productivos, sacar adelante los proyectos y cumplir con los objetivos marcados. Sin embargo, si no lo hacemos bien, corremos el riesgo de obstaculizar la comunicación, dificultar la cohesión interna y desencadenar conflictos, algo que evidentemente afectará al rendimiento del negocio y a la marcha de la empresa… Por esta razón en este artículo quiero hacer una síntesis de cinco buenas prácticas muy importantes para las empresas familiares que pueden ayudaros a mejorar el área de Recursos Humanos y a formar equipos de alto rendimiento en los que prime la cohesión, el compañerismo y la implicación. ALGUNAS DIRECTRICES PARA UNA BUENA GESTIÓN DE EQUIPOS 1. Cuidar la comunicación y fomentar el trabajo en equipo: Los equipos de alto rendimiento se basan en una comunicación interna fluida, bidireccional, transparente y asertiva y en una escucha activa que fomente el trabajo en equipo. Pensad que, cuando no ocultamos información al resto del equipo, todos los integrantes conocen el estado de los proyectos y los avances en la consecución de los objetivos fijados. La finalidad última de mejorar la comunicación en la empresa es construir entornos de trabajo basados en la confianza, la colaboración, la empatía y el compromiso. En el caso de una familia empresaria, es importante ser capaces de hablar y discutir libremente sobre cualquier cuestión, también aquellos temas más sensibles o los posibles conflictos que surjan, así como evitar las etiquetas y los prejuicios que entorpecen la comunicación. La finalidad última de mejorar la comunicación en la empresa es construir entornos de trabajo basados en la confianza, la colaboración, la empatía y el compromiso
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