comunicaros para evitar que haya una pérdida de información y asegurar que los mensajes y las relaciones fluyen. Y, además, siempre teniendo en cuenta que no solo el número de vínculos influye, sino también el estilo comunicativo de cada uno. Como apuntaba al inicio, todo esto hace que, según la teoría de los vínculos, cuantas más personas forman parte de un equipo, más lento es el proceso de toma de decisiones y, en consecuencia, menos productivo es. Esto significa que no por el hecho de incorporar a más personas iremos más rápido, porque se genera una dificultad añadida a la gestión del equipo y a la coordinación entre ellas. Esto mismo hay que tenerlo en cuenta cuando ponemos en marcha los órganos de gobierno familiares y empresariales en la empresa familiar, para asegurar que serán efectivos. Ahora bien, a menudo es inevitable y muy necesario que la empresa familiar crezca en número de miembros. ¿Qué hay que hacer en estos casos? Lo más recomendable es establecer equipos de trabajo reducidos para simplificar esta complejidad y que os sea más fácil gestionar la comunicación. Por otro lado, también es recomendable formar pequeños equipos multidisciplinares, dado que eliminan parte de la complejidad de los grandes equipos y mejoran la comunicación, con un retorno inmediato en la productividad del equipo. Está comprobado que los equipos pequeños son más rápidos, se coordinan mejor y más fácilmente y saben exactamente en qué punto se encuentran el resto de los miembros. En la empresa familiar, esto se podría conseguir formando comisiones delegadas del Consejo de Administración o Familia. En lo referente al límite máximo de integrantes de un equipo, se hace difícil de establecer, y no hay una cifra exacta. Con base en la teoría de los vínculos, a partir de las 10-12 personas la comunicación ya se complica bastante. Por tanto, podríamos decir que este sería el número límite por encima del cual la complejidad y la exigencia que hace falta para gestionar el equipo será demasiado elevada. Así pues, podríamos decir que un número ideal para un equipo sería alrededor de 6-7 personas, aunque es algo que depende de cada empresa familiar y de cada grupo de trabajo. Si queremos ser lo más ágiles posible, incluso sería preferible entre 3 y 5 miembros como máximo. Y cuando, por algún motivo, nos vemos obligados a reunir a grupos más numerosos, como sería el caso de una reflexión estratégica familiar o en grandes reuniones transversales, tengamos en cuenta el perfil de la persona que lidera y coordina el grupo, ya que, en la mayoría de los casos, dependerá de él o de ella que el grupo sea capaz de trabajar de forma efectiva. n Está comprobado que los equipos pequeños son más rápidos, se coordinan mejor y más fácilmente y saben exactamente en qué punto se encuentran el resto de los miembros 69 EMPRESAS FAMILIARES
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