F71 - Ferretería y bricolaje

20 FABRICANTES enfocado a la eficiencia y al resultado final. Se fomenta la competitividad entre el equipo, que tiene los obje- tivos claros. Genera problemas de retención por lo que tiene un alto índice de rotación porque la gente ‘se quema’. • En los extremos están los casos de organizaciones con alta positividad y alta productividad, que son exitosas, divertidas, donde las cosas fluyen y se hace frente a metas desafiantes con una visión inspiradora. Ante los cambios se reacciona con proactivi- dad, mejora continua y se fomenta el sentido del trabajo en equipo. • Por el contrario, una empresa con bajas productividad y positividad está condenada al fracaso, ya que predomina la crítica, el cinismo y la culpa. Hay miedo a perder el trabajo o al fracaso, un trabajo en equipo pobre y predomina la protección de los territorios personales. La gestión es de ‘apagafuegos’ con una orien- tación cortoplacista. Tras Iván, tomó la palabra Miguel Labrador, que explicó que para movi- lizar voluntades para conseguir una organización con alta productividad y positividad el liderazgo, ahora mismo, tiene que ser reinventado y reaprendido “porque muchas de las realidades que exige este nuevo contexto de ‘omni- liderazgo’ requiere replantearnos qué tipo de líder estamos siendo”. Cuando el nuevo entorno exige ser personas diferentes es un enorme desafío en términos de liderazgo de cómo hacer que las personas transformen lo que están haciendo en algo dis- tinto. Esto conecta con el concepto del omni-liderazgo, que supone no percibir el liderazgo desde un punto de vista interpersonal, que es movilizar las voluntades de las personas para que generen resultados, sino también desde un punto de vista intraperso- nal, es decir, “en qué medida nosotros somos conscientes de cómo nos está influyendo el cambio y cómo pode- mos participar más activamente en él para general resultados”, explicó. Esto exige una serie de pilares y de cualidades: incremental, A.L.F., sensi- ble y multidimensional. Incremental tiene que ver con tomar consciencia que un resultado es la con- secuencia inevitable de las acciones que se lleva a cabo, así que incremen- tar resultados pasa por incrementar el rendimiento de las personas que los generan. “La función de un líder no es generar buenos seguidores sino generar buenos líderes. Esto exige una serie de cualidades y habilidades. El líder incremental es consciente que, aunque haya un sesgo resultadista, que es necesario para la superviven- cia, también necesitamos promover el desarrollo de las personas porque son las que, con su voluntad de hacer las cosas, las que consiguen estos resultados”, explicó Miguel. El líder se convierte en un gestor emocional del equipo que no se puede permitir el lujo de simplemente administrar tareas y asignar funciones; tiene que gestionar toda la red emocional que se genera en los equipos. También facilita la confianza, la motivación y el control. Entiende que la autono- mía y capacidad de decisión de las personas es el motor de los resulta- dos. “Por tanto, tiene que alentar esa confianza y esos motivos para actuar que decíamos antes. Sostiene así un enfoque humanista centrado en las personas. Promueve el compromiso, no solo el acatamiento y construye a partir del talento sin tratar de suplir las deficiencias o solucionar las caren- cias. Y cultiva el optimismo desde una mirada positiva enmomentos de incer- tidumbre o cambio en lugar de caer en el derrotismo”, afirmó. Otro de los pilares es el entorno A.L.F., que el líder aprovecha para construir su liderazgo. Las organizaciones A.L.F son ágiles, líquidas y flexibles, cuyo líder integra la incertidumbre y el cambio constante y actúa comprometido con el aprendizaje continuo. “Este líder sabe gestionar el ‘no saber’, basando su lide- razgo en la influencia lateral y ejerciendo y promoviendo el emprendimiento. También utiliza los retos como fuente para innovar y cultiva y promueve una visión crítica y estratégica”. El siguiente pilar del omni-liderazgo es el ser sensible, siendo consciente de su impacto y esforzándose para mejorarlo. Este líder disfruta de la de diversidad, comenzando a partir de la autoconsciencia y liderando desde la vulnerabilidad, entendida como una fortaleza y no como una debilidad. También cultiva el ‘segui- dorazgo’ desde la ‘referencialidad’: no hay un líder sin un seguidor y para ello debes ser un referente. Además, se esfuerza en mantener la sosteni- bilidad ‘glocal’ y cultiva la ética y la responsabilidad personal. Cualidades que debe tener un omni-líder, según los profesionales de Atesora.

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