La Junta de Castilla y León, consciente de la necesidad de abordar la recogida separada del aceite usado generado en los hogares, lleva años desarrollando y promoviendo un sistema de recogida selectiva en puntos estratégicos de los municipios de la Comunidad, con el objeto de facilitar la valorización de este residuo mediante su transformación en combustible alternativo, con el doble objetivo de beneficiar la industria autonómica del biodiesel y evitar la contaminación derivada de la incorrecta gestión y del vertido a la red de saneamiento de este flujo residual. Ya en 2010, la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio y la de Economía y Hacienda a través del Ente Regional de la Energía (EREN), colaboraron con diversas entidades locales para desarrollar el modelo de recogida con la firma de 19 convenios de colaboración, facilitando el despliegue de más de 340 contenedores específicos para este tipo de recogida, de acuerdo con los estudios previos de ubicación y el diseño de rutas de recogida diseñadas para maximizar la eficiencia del sistema. HACIA UNA ECONOMÍA CIRCULAR La recogida selectiva de aceite doméstico usado se ha normalizado en la Comunidad, lo que ha permitido pasar de los 55.000 kilogramos recogidos en los seis meses posteriores a la implantación de estos sistemas de recogida, en 2010, a los más de 5 millones de kilos recogidos en 2022. El aceite de cocina usado es un residuo considerado como muy contaminante para el medio natural, sobre todo para las aguas: un litro es capaz de contaminar 1.000 litros de agua, atascar tuberías e incrementar de forma importante el coste de depuración. Sin embargo, si es convenientemente tratado, puede utilizarse, por ejemplo, para la producción de biocombustibles, reduciendo las emisiones de CO2 en más del 90% respecto a su alternativa fósil, pues cada kilogramo de aceite usado recogido permite producir 0,92 kg de biodiesel. COMPROMISO CON LA DESCARBONIZACIÓN El Plan Integral de Residuos de Castilla y León (PIRCyL) y la Estrategia de Economía Circular de Castilla y León 2021-2030 son los pilares que sustentan esta iniciativa, enmarcada en las políticas de transición hacia una economía circular y la lucha contra el cambio climático. Este protocolo también responde a los objetivos establecidos en la Ley 7/2022 de Residuos y Suelos Contaminados, que establece la obligación de recoger de manera separada el aceite de cocina usado a partir de diciembre de 2024. La Junta y Repsol han reiterado su firme compromiso con la sostenibilidad y la transición energética, destacando que la colaboración público-privada es clave para lograr estos objetivos. Con este proyecto, se pretende no sólo mejorar la gestión de residuos, sino también impulsar la economía local a través de la valorización de los residuos y la generación de empleo en sectores innovadores y sostenibles. GESTIÓN DEL ACEITE EN CASTILLA Y LEÓN La Comunidad cuenta con un total de 32 instalaciones de gestión autorizadas para el tratamiento de aceite doméstico usado. De estas instalaciones casi la mitad, 15 de ellas, son gestionadas por empresas de la economía social, que se dedican a la recogida (a través de contenedores viarios o en hostelería), almacenamiento y primer tratamiento (decantación, filtrado…), para su posterior valorización en otras instalaciones que se dedican entre otras aplicaciones a la fabricación de biocombustibles. En Castilla y León se estima un consumo de aceite vegetal de 17,7 kilogramos por persona y año, de los que aproximadamente el 20% (3,14 kg por persona y año) se convierten en residuos y podrían reciclarse. Estas ratios dan un margen de mejora de recogida en Castilla y León de casi 2,5 millones de kilogramos de aceite usado, que ahora no está entrando en los canales de reciclaje. n Cada kilogramo de aceite usado recogido permite producir 0,92 kg de biodiesel. El aceite de cocina usado es un residuo considerado como muy contaminante para el medio natural 33 CARBURANTE
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