6 EN PRIMERA Sin embargo, las tensiones en Oriente Próximo, una región que aporta un tercio de la producción mundial de petróleo, han vuelto a alterar esta estabilidad. La amenaza de un posible ataque contra instalaciones petrolíferas en Irán, país que produce más de tres millones de barriles diarios, elevó el precio del barril de Brent en más de un uno por ciento. Aunque en los días siguientes los precios se estabilizaron en torno a una subida de un punto porcentual, la situación dejó en claro la fragilidad del mercado ante cualquier riesgo geopolítico. A estas tensiones se suma la desaceleración en la demanda de combustibles por parte de China, el mayor importador mundial de crudo, desde principios de septiembre. Este enfriamiento ha incrementado la preocupación de los mercados internacionales, que temen un debilitamiento de la demanda global. En este complejo panorama, la comercializadora bp reportó un aumento en su deuda neta durante el tercer trimestre, consecuencia de los menores márgenes de refino. La empresa, con sede en Londres, señaló que la debilidad en la comercialización de productos petrolíferos y los menores márgenes de procesamiento de crudo impactarían sus ganancias en un rango de 400 a 600 millones de dólares. Este ajuste de BP se suma a un escenario más desafiante para la industria, con Exxon Mobil Corp. y Shell Plc también anticipando menores beneficios en sus operaciones de producción y refinación, según señalaron fuentes de Bloomberg. El tercer trimestre estuvo marcado por la incertidumbre sobre la solidez de la demanda de China y el temor a un posible superávit en el mercado si la OPEP+ reactivaba su oferta inactiva, un paso que el grupo pospuso finalmente por dos meses. El precio del crudo Brent sufrió una caída del 17% durante este período, aunque como hemos visto logró una recuperación parcial debido al impacto del conflicto en Oriente Próximo. El mercado energético global se enfrenta a una confluencia de factores que ponen a prueba su estabilidad. Desde los desafíos geopolíticos hasta la desaceleración de la demanda en China, la volatilidad sigue siendo la norma, afectando las perspectivas de crecimiento y recuperación de la industria petrolera mundial. En este contexto, la industria del petróleo afronta la transición energética, con la necesidad de equilibrar las inversiones en energías renovables y la reducción de emisiones de carbono, mientras sigue atendiendo la demanda global de combustibles fósiles. La presión por adaptarse a regulaciones más estrictas y la creciente competencia de fuentes de energía alternativas añade complejidad a su panorama, obligando a las empresas a buscar estrategias que aseguren su rentabilidad a corto plazo sin perder de vista la sostenibilidad a largo plazo. PERSPECTIVA INDUSTRIAL Y LA COMPETITIVIDAD EUROPEA Con representantes de empresas y administraciones, la jornada sirvió para reflexionar sobre los retos de la competitividad industrial en Europa y en España en el contexto de la transición energética. Antonio Brufau fue enfático al señalar la importancia de mantener una industria fuerte para lograr los objetivos de descarbonización. En su intervención, avisó que “si la regulación se continúa centrando exclusivamente en la sostenibilidad, reduciremos las emisiones aquí, las trasladaremos fuera, seguiremos perjudicando al planeta y lo que es peor, lo haremos al tiempo que destruimos nuestra economía, la competitividad de nuestras empresas y el empleo en el sector industrial”. Brufau apuntó que la transición energética no debe comprometer la viabilidad de las industrias europeas, que son fundamentales para el crecimiento económico y la estabilidad social del continente. Enrico Letta, presidente del Instituto Jacques Delors y ex primer ministro de Italia, aportó una visión más amplia de la situación europea, destacando que “Europa necesita una estrategia más cohesionada para competir con Estados Unidos y China, que han avanzado rápidamente en términos de innovación y digitalización”. Letta insistió en que la integración del mercado único europeo es esencial para enfrentar la competencia global, especialmente en sectores como la energía, las telecomunicaciones y los servicios financieros. “Si no avanzamos en la integración de estos sectores, seguiremos siendo una suma de mercados nacionales que no pueden competir en igualdad de condiciones con grandes potencias económicas”, advirtió. Esta falta de integración, según Letta, debilita la posición de Europa en la carrera hacia la sostenibilidad y la innovación. Durante el tercer trimestre del año el precio del Brent sufrió una caída del 17%, aunque logró una recuperación parcial debido al impacto del conflicto en Oriente Próximo.
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