ES387 - Estaciones de Servicio

62 SECTOR En consecuencia, la compañía podría llegar a distribuir hasta un máximo de 10.000 millones de euros entre sus más de 520.000 accionistas, en gran parte pequeños ahorradores que viven en España: distribuirá 4.600 millones de euros en dividendo en efectivo, cifra que podrá completar con hasta 5.400 millones en recompras de acciones, para alcanzar el rango del 25%-35% comprometido. Para este año, Repsol ha anunciado un incremento de aproximadamente un 30% del dividendo en efectivo, hasta 0,9 euros por acción, repartiendo 1.095 millones de euros. Para los siguientes tres años, el compromiso es incrementar un 3% anual esta cantidad total, hasta 1.197 millones de euros en 2027. Además, el Consejo de Administración aprobó ayer un programa de recompra de 35 millones de acciones, con la intención de amortizar 40 millones de acciones antes de que finalice julio de 2024. Esta nueva propuesta de valor al accionista proporciona estabilidad y visibilidad al dividendo, al establecer un plan definido de crecimiento anual de la retribución en efectivo, completado con recompras de acciones en función del escenario macroeconómico. La compañía continuará manteniendo su sólida posición financiera, reflejada en su actual calificación crediticia (BBB+/Baa1), sobre la que se asienta la remuneración al accionista y el programa de inversiones. En 2023 el apoyo a la gestión de la compañía y su solidez financiera quedó demostrado con la mejora de su rating por parte de Fitch, hasta BBB+ con perspectiva estable. Con esta decisión, se alineaba con S&P y Moody’s, que realizaron revisiones al alza de sus calificaciones a finales de 2022. ENTRE 16.000 Y 19.000 MILLONES DE INVERSIÓN NETA Repsol contempla unas inversiones netas de entre 16.000 y 19.000 millones de euros en los próximos cuatro años, "que se modularán en función del escenario macroeconómico, la evolución de la tecnología y de la regulación, la madurez de los proyectos y el avance en la rotación de activos y las desinversiones previstas". La Península Ibérica concentrará el 60% del total y Estados Unidos, el 25%. Por su parte, las iniciativas bajas en carbono representarán más del 35% de las inversiones totales. Para 2024, la inversión neta prevista se sitúa alrededor de los 5.000 millones de euros. Estas inversiones, añaden desde la multienergética, "aprovechan las oportunidades con rentabilidades atractivas que la compañía ya tiene en cartera, capaces de transformar los proyectos actuales en nuevos negocios para abordar la transición energética. Al mismo tiempo, Repsol seguirá desarrollando su plataforma de Generación Baja en Carbono y fortaleciendo el negocio Cliente". “Durante los próximos cuatro años mantendremos la misma estrategia que presentamos en nuestro plan anterior para afrontar la transición energética y apostaremos por todas las energías que satisfagan las necesidades de nuestros clientes. Estamos convencidos de que esta aproximación, en la que la descarbonización es una oportunidad atractiva para crear valor, crecer y ser rentables, es la más adecuada para nosotros”, explica Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol. REFORZAR LA COMPETITIVIDAD DE LOS ACTIVOS Y CREAR PLATAFORMAS BAJAS EN CARBONO Una de las claves de la estrategia de descarbonización de la compañía se encuentra en la evolución de los siete complejos industriales (A Coruña; Cartagena; Puertollano; Tarragona; Petronor, en Muskiz, Vizcaya; La Pampilla, Perú, y Sines, Portugal) de la compañía en polos multienergéticos, "activos que garantizan el suministro energético y apoyan el mantenimiento de más de 6.500 puestos de trabajo directos". El pasado año Repsol puso en marcha su primer electrolizador, de 2,5 MW, situado en su refinería de Petronor (Vizcaya). En 2027, un 60% de las estaciones de servicio de Repsol serán multienergía, con combustibles renovables, puntos de recarga rápida o ultrarrápida de electricidad y AutoGas, junto a productos convencionales.

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