5 EN PRIMERA Cabe destacar que, tras el acuerdo, algunas naciones insulares criticaron el texto final por no abordar adecuadamente sus preocupaciones sobre el cambio climático. Según la Alianza de Pequeños Estados Insulares, presidida por Samoa, el enfoque exclusivo en los sistemas energéticos es “decepcionante”. El acuerdo también enfrentó resistencia de productores de petróleo crudo, como Irak, Kuwait y Arabia Saudita, que se opusieron a la eliminación gradual de los combustibles fósiles. La inclusión de la palabra “transición” fue aceptada por estos países, ya que amplía la responsabilidad más allá de los productores de petróleo. “Existen lagunas”, expresó el ex estratega político de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Tom Rivett-Carnac, en declaraciones recogidas por S&P Commodity Insights. “La transición para abandonar los combustibles fósiles 'en los sistemas energéticos' es una expresión intrigante. No se utiliza mucho petróleo para producir electricidad, y algunas personas seguramente interpretarán que esto se relaciona únicamente con la generación de electricidad, dejando abierto un gran vacío legal para el uso del petróleo en transporte”, añadió. UN DESAFÍO PARA LAS ESTACIONES DE SERVICIO La transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles, como parte del esfuerzo por lograr cero emisiones netas para 2050, plantea desafíos y oportunidades considerables para la industria de la distribución minorista de combustibles. Aunque el acuerdo no menciona la “eliminación“de los combustibles fósiles, se espera que la reducción acelerada en su uso tenga un impacto directo en la cadena de suministro y la comercialización de productos relacionados con el petróleo. El acuerdo COP28 destaca la necesidad de una”transición justa, ordenada y equitativa” en los sistemas energéticos. Esta transición plantea desafíos para los distribuidores minoristas de combustibles, ya que la demanda de productos derivados del petróleo, como la gasolina y el diésel, se espera que disminuya en las próximas décadas. La diversificación de la oferta es clave para adaptarse a estos cambios, con una transición hacia la venta de fuentes de energía más sostenibles, como la electricidad para vehículos y la carga de baterías. Los minoristas de combustibles podrían convertirse en centros de recarga para vehículos eléctricos, lo que por otra parte requeriría de importantes inversiones en infraestructura y cambios en los modelos de negocio tradicionales. PRONÓSTICOS DEL AIE A LARGO PLAZO En su informe más reciente, el World Energy Outlook 2023 (WEO - 2023), la Agencia Internacional de Energía (IEA) pronosticó un marcado declive en la demanda de combustibles fósiles en 2030, lo que supondrá un antes y un después en la historia de la industria energética. “Este cambio, impulsado por políticas gubernamentales y diversos factores económicos, marca un punto de inflexión hacia la adopción de energías limpias y la eficiencia energética a nivel mundial”, indica el texto del IEA. La Unión Europea celebró la decisión como "histórica" y como el inicio de una "transición irreversible".
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