ES383 - Estaciones de Servicio

59 NUEVAS ENERGÍAS Además, la integración de sistemas de almacenamiento subterráneo de hidrógeno es “sencilla y requiere mínimas modificaciones en comparación con otras alternativas”, señaló Greco. Esto facilita su implementación en diversas ubicaciones y aplicaciones. Otro beneficio importante es que los tanques de almacenamiento subterráneo ocupan menos espacio en la superficie. Esto es especialmente valioso en áreas donde el espacio es limitado o costoso, ya que permite almacenar grandes cantidades de hidrógeno de manera eficiente sin la necesidad de extensas áreas de tierra. “El almacenamiento de hidrógeno en forma de gas a alta presión es actualmente uno de los métodos más empleados”, explicó Gianluca Greco. 2. Hidrógeno líquido y criocomprimido “El almacenamiento de hidrógeno en forma líquida es más complejo que el de gas a presión, ya que involucra la licuefacción del hidrógeno, un proceso que requiere equipos como compresores e intercambiadores de calor”, apuntó Greco. Además, este método demanda una cantidad significativa de energía, aproximadamente el 30% de la energía contenida en el hidrógeno almacenado. Además, los tanques de almacenamiento deben estar altamente aislados y son costosos para prevenir pérdidas por evaporación. 3. Hidrógeno absorbido en superficie El almacenamiento de hidrógeno absorbido en la superficie de materiales (denominado fisisorción) es una tecnología basada en la interacción entre las moléculas de hidrógeno y las moléculas o átomos de la superficie del material. La capacidad de almacenamiento depende directamente de la superficie específica del material utilizado. Los materiales comunes incluyen elementos carbonosos y polímeros orgánicos (carbón activado, nanotubos de carbono, polímeros de alta área superficial). Esta tecnología ofrece una alta densidad de almacenamiento, pero la capacidad está directamente vinculada a la superficie disponible. 4. Almacenamiento químico El almacenamiento químico implica la creación de compuestos intermedios que facilitan el transporte y almacenamiento del hidrógeno. Ejemplos de estos compuestos son el metanol o el amoníaco. Esta estrategia se centra más en el transporte del hidrógeno que en su almacenamiento y requiere compuestos con características específicas, como alta densidad energética por volumen y la capacidad de ser líquidos a temperatura ambiente para facilitar el transporte. “En definitiva, la elección del método de almacenamiento de hidrógeno adecuado depende de las aplicaciones específicas y de las consideraciones de costo, seguridad y eficiencia", explicó el coordinador del Área de Mercados y Regulación (Departamento de Consultoría y Formación) en la Fundación para el Desarrollo de las Nuevas Tecnologías del Hidrógeno en Aragón. "Cada tecnología tiene sus ventajas y desventajas, lo que subraya la necesidad de una comprensión profunda para poder aprovechar al máximo el potencial del hidrógeno en la transición hacia una energía más limpia y sostenible”, concluyó Gianluca Greco. n Perspectivas

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