ES382 - Estaciones de Servicio

17 CARBURANTE En cuanto a los efectos a nivel de estación de servicio, estamos viendo que esta normativa está abocando a las estaciones pertenecientes a las compañías integradas verticalmente con capacidad de refino a disponer de unas condiciones para competir muy ventajosas. Respecto a las integradas verticalmente sin capacidad de refino, nos está poniendo en una situación muy complicada ya que, por estructura de negocio y actuando como 'funcionarios de la AEAT', estamos bloqueando las compras a cualquier operador dudoso, suponiendo un doble perjuicio. En definitiva, nos resulta muy difícil competir tanto con los operadores integrados cómo con los operadores que tienen un modelo de negocio cuestionable. En cuanto a las estaciones no integradas e independientes, se ven abocadas a comprar al mejor postor para poder competir, siendo los vendedores muchas veces distribuidores u operadores mayoristas que no cumplen casi ninguna normativa. Dicho esto, me gustaría aclarar que personalmente, y creo que es una opinión compartida con el resto de los miembros de UPI, es necesaria la FQD, ya que estamos en una situación de emergencia climática y la actual FQD es un primer paso para encontrar una solución. Consideramos que está bien elaborada a nivel europeo, pero mal traspuesta a nivel estatal, con retrasos y muchas lagunas en la regulación (un ejemplo son los mecanismos de flexibilidad que, a día de hoy, siguen sin estar aprobados). Tampoco se ha aprobado todavía algún mecanismo que atienda el diferente impacto regulatorio de esta obligación en los operadores con y sin capacidad de refino. ¿Cuál es su opinión sobre la transición energética a la que aspiran las autoridades europeas? ¿Cree que se alcanzarán los objetivos de electrificación del parque rodante en España en los plazos establecidos? ¿Está desarrollando UPI medidas para ayudar a sus socios en este proceso o son ellos, a título individual, quienes están implantando medidas en este terreno? Desde UPI, estamos comprometidos con la descarbonización y entendemos que la mejor manera de conseguirlo para la sociedad y la economía de nuestro país es desde la neutralidad tecnológica, en la que debe ganar la tecnología que sea más efectiva y eficiente. Sin embargo, se ha apostado principalmente por la electrificación del transporte y de la economía en general sin tener en cuenta los costes aparejados desde el punto de vista medioambiental, ni toda la cadena de emisiones de CO2, se produzcan donde se produzcan. La apuesta es una tecnología que no es rentable económicamente para el consumidor y que implica unas elevadas inversiones en capacidad de generación y de red. Todo ello sin considerar el gran impacto ambiental que está suponiendo la explotación de ciertas materias primas raras, así como la producción y el reciclaje de las baterías. A modo de ejemplo, y comparando vehículos de la misma marca y categoría, podemos encontrar un Volkswagen Golf desde 32.160 euros, mientras que su equivalente, el ID.3 ,parte de los 41.320 euros (un 28% adicional). Si comparamos un Nissan Arya 47.700 euros frente a un Nissan Qashqai de 32.450 euros, la diferencia es de un 46% adicional. Debemos plantearnos si queremos que la movilidad sea un lujo al alcance de unos pocos o vamos a permitir alternativas más económicas que no supongan un desembolso en nuevas infraestructuras y medios de movilidad. Al ritmo que vamos de electrificación del parque automovilístico no vamos a conseguir una descarbonización masiva del transporte por carretera en unos plazos prudenciales ni cumplir los objetivos de la UE para 2030. El PNIEC actualizado prevé medidas para conseguir en 2030 un parque de 5.450.000 vehículos eléctricos (turismos, furgonetas, autobuses y motos). En los próximos años veremos si se van cumpliendo estos objetivos, pero volvemos a lo mismo: ¿por qué una elección que no atiende al interés general? Desde UPI —ya sea directamente o a través de la Plataforma para la Promoción de los Ecocombustibles o de nuestra asociación europea UPEI— tratamos de difundir esta posición, de crear conciencia social y de convencer a las diferentes Administraciones. ¿Cómo cree que serán las estaciones dentro de quince años? ¿Cree que la necesidad de suministrar varias energías y combustibles provocará una reducción del número de puntos de venta? Las estaciones deben y seguirán siendo parte esencial de la distribución de la energía con las renovables que se impongan, lo cual deberá suceder siempre partiendo de la neutralidad tecnológica. “Al ritmo que vamos no conseguiremos una descarbonización masiva del transporte por carretera en unos plazos prudenciales ni cumplir los objetivos de la UE para 2030”

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