5 EN PRIMERA El encuentro contó con la presencia del presidente de Repsol, Antonio Brufau, quien se encargó del acto de clausura. Por otra parte, Mariano Marzo, catedrático de la Universidad de Barcelona junto con varios expertos relevantes del sector analizaron las implicaciones y posibilidades que han surgido en los últimos años. El 2022 fue un año en el que los mercados han tenido que lidiar con un contexto geopolítico incierto, una inflación descontrolada, el temor a una recesión económica y una creciente preocupación por la seguridad de suministros, especialmente en Europa, como una de las consecuencias más notables del conflicto en Ucrania. Además, esta situación se da en un momento clave para el desarrollo de la transición energética, un proceso en el que nuestro país, al igual que el conjunto de la Unión Europea, ha adquirido una serie de compromisos con el objetivo de descarbonizar la economía antes de 2050. En este sentido, Antonio Brufau en su intervención de clausura señaló que “es urgente repensar en Europa y España las políticas energéticas. Estas deben ser sostenibles, pero a su vez las tenemos que basar en las capacidades industriales y tecnologías que tenemos. Debemos ser capaces de apuntar cuales son los intereses estratégicos del país, para descarbonizar, pero descarbonizar con tecnología y con sentido común, y no con ideología. Necesitamos certidumbre”. El presidente de Repsol afirmó además que “sin un equilibrio entre seguridad de suministro, precios asequibles y sostenibilidad no habrá competitividad para la economía, no habrá empleo estable en nuestro país y en consecuencia no habrá tampoco bienestar para los ciudadanos”. “Los gobiernos deben definir las acciones necesarias para que el mundo confronte unido tales desafíos energéticos y climáticos, y para ello el informe señala que debemos tener claro cómo hemos llegado a la actual situación de crisis y hacia donde debemos movernos para superarla”, añadió Mariano Marzo. LA CRISIS COMO PUNTO DE INFLEXIÓN El informe ‘World Energy Outlook’ 2022 publicado por IEA a finales del año pasado se centra en la crisis, que describe como un ‘shock’ energético sin precedentes. “Al incidir sobre unos mercados energéticos ya tensionados la guerra de Ucrania ha empujado al mundo hacia una crisis global unida a otras crisis superpuestas que afectan a todos los países, especialmente a los más vulnerables”, explicó Mariano Marzo. Esta situación ha derivado en una inflación descontrolada en todo el globo. “En 2022 el porcentaje de países con una inflación interanual superior al 6% fue cercana al 100% y yo creo que este es un dato que habla por sí solo. Sin embargo, la crisis energética mundial promete ser un punto de inflexión histórico hacia un sistema energético más limpio y seguro” apuntó M. Marzo. Según el experto, las respuestas y las promesas políticas frente a la crisis están acelerando la aparición de una economía de energías “limpias”. Mariano Marzo, catedrático de la Universidad de Barcelona, destacó que “el WEO 2022 nos marca el pico de la demanda petróleo en el escenario menos optimista (Steps) a mediados de la década de 2030".
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