7 EN PRIMERA Más allá de la actual volatilidad de los precios de la energía en Europa y España, en particular de los combustibles derivados del petróleo, Rabadán se muestra muy crítico con la asunción por parte del Ejecutivo central de unos postulados energéticos, los fijados por Bruselas para la movilidad en el denominado ‘Fit for 55’, que se alejan de la realidad económica, social, e incluso orográfica de nuestro país. El director general de la confederación señala que el colectivo presidido por Jorge de Benito ha solicitado al Gobierno “la puesta en marcha de una línea ICO de liquidez y otra de avales para las empresas con CNAE 4730”. Rabadán, además, asegura que “la situación es tan complicada que debería contemplarse la posibilidad de que las estaciones de servicio puedan hacer ERTEs por causa de fuerza mayor”. ¿Cómo ha afectado a las estaciones de servicio el elevadísimo incremento de los precios de los combustibles que se está viviendo desde hace semanas? Es una situación muy difícil, inédita, que ha complicado sobremanera la gestión en las estaciones de servicio. El coste de aprovisionamiento a la hora de comprar una cisterna podía variar 8.000 o 9.000 euros con una diferencia de 24 o 48 horas. Eso propició que algunas estaciones de servicio compraran en un momento en el que el precio estaba más caro y tuvieran que vender reduciendo su margen al mínimo o incluso a pérdidas si querían competir con otras instalaciones de su entorno que se habían abastecido un par de días antes, cuando el producto era notablemente más bajo. Esto ha propiciado que hayamos visto gasolineras desatendidas con precios más altos que las que lucen la imagen de alguna petrolera y otro tipo de curiosidades que no son demasiado habituales. Y lo más negativo de todo es que ha habido estaciones de servicio en manos de pymes o micropymes que no han trasladado su incremento de costes de aprovisionamiento a sus monolitos; la consecuencia ha sido que cuando han ido a pedir la siguiente cisterna han comprobado con desolación que no podían afrontar un incremento de 8.000 o 9.000 euros. ¿Cuáles son las razones que han propiciado esta situación de elevados precios? Lo que está sucediendo con los precios de los carburantes es el resultado de una tormenta perfecta. La guerra en Ucrania ha disparado (aún más) los precios del gas, cuyas reservas en Europa estaban en el mínimo histórico ya en el último cuatrimestre de 2021. Los precios del gas hacen que la producción de hidrógeno que llevan a cabo las refinerías para eliminar el azufre del diésel sea cada vez más costosa. Por otro lado, aunque la demanda mundial de petróleo aún no ha alcanzado los niveles prepandemia, el consumo mundial de gasóleo aumentó a un nuevo máximo histórico en el cuarto trimestre de 2021. El auge refleja la recuperación económica desequilibrada tras el parón provocado por la pandemia de Covid-19, con la demanda de transporte aumentando para aliviar la oferta. Esta situación propicia que la cotización internacional del diésel, a la que están referenciados nuestros contratos de compra, esté disparada. A ello contribuye el hecho de que, ya antes de la guerra, los inventarios de diésel tanto en Estados Unidos como en Europa eran alarmantemente bajos. De hecho, en el Viejo Continente el stock de gasóleo estaba en sus niveles más bajos desde hace catorce años. Estas causas, ¿son coyunturales, o ya avanzan las consecuencias de lo que supondrá descarbonizar la movilidad en los plazos fijados por la Unión Europea? A todo lo expuesto anteriormente se suma el hecho de que la Unión Europea, Reino Unido y en mayor o menor medida Estados Unidos, están enviando señales muy poderosas a la industria petrolera para transmitirles que su modelo de negocio tiene una fecha de caducidad muy próxima. Estas compañías tienen que diversificar su actividad y es probable que dejen de invertir en exploración y producción para dedicarse a otros negocios. Creo que Occidente ha pensado que puede dar a un interruptor y que hoy nos acostemos todos con la inmensa mayoría de vehículos con motor de combustión interna y mañana nos levantemos empleando un 100% de vehículos eléctricos. Y eso no sucederá. Aunque la Administración habla permanentemente de “transición energética”, lo cierto es que parece que no desean una verdadera transición, que por definición ha de ser un proceso durativo en el tiempo, sino una disrupción inmediata de una tecnología en concreto, que, por cierto, está aún muy lejos de estar madura. ¿Hasta qué punto han bajado los empresarios del sector sus márgenes para contener la escalada de precios? No podemos hablar de márgenes concretos, pero me consta que ha habido pymes del sector que se han visto a reducir su beneficio a cero e incluso vender a pérdidas con tal de continuar siendo competitivos en unas semanas tan complicadas como las que estamos viviendo. En este esfuerzo, ¿han contado con la ayuda de las operadoras? Nuestra relación con las operadoras es cordial y fluida, pero cada una de las partes es perfectamente consciente de que ha de velar por sus propios intereses. Las estaciones
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