7 EN PRIMERA Su experiencia en el mundo de las estaciones de servicio arrancó en 1966, cuando con 27 años puso en marcha “la primera estación de servicio dentro de Jerez”, aunque su relación con los hidrocarburos es anterior, ya que unos años antes instaló un punto de venta en el cual se comercializaba queroseno, que sustituyó al carbón como fuente energética utilizada en las cocinas. En aquellos años, recuerda, “se formaban colas en los surtidores en los que vendíamos ese producto que las amas de casa transportaban en latas de cinco litros de capacidad”. En la actualidad Zamorano posee dos estaciones de servicio y gestiona una tercera, todas ellas en Jerez, cuya población supera los 212.000 habitantes. El empresario, madrileño de nacimiento, está “casado con una jerezana” y tiene tres hijos, ninguno de los cuales continuará su actividad empresarial, que ha desarrollado durante 56 años. Uno de ellos ejerce como arquitecto, mientras que los otros dos “ocupan puestos importantes en instituciones internacionales fuera de España”. Entre sus aficiones, Zamorano cita la navegación, el campo y la cría de caballos árabes, actividad que desempeñó “durante muchos años”. En este terreno, y corroborando su apuesta por el asociacionismo, nuestro protagonista fue uno de los impulsores, a finales de los años 80, de la Asociación Andaluza de Criadores de Caballos de Pura Raza Árabe. Durante los 29 años durante los cuales ha estado al frente de la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de Cádiz, relata nuestro interlocutor, “he intentado transmitir a los asociados toda la información que he recibido de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES); de la Federación de Asociaciones de Empresas de Estaciones de Servicio de Andalucía (Fedaes); de la Confederación de Empresarios de la provincia de Cádiz; de la Cámara de Comercio…, ya que -debido a todo lo que se legisla y los continuos cambios en nuestro sector a todos los niveles- es necesario tener informados al día a los compañeros para evitar sorpresas y sanciones y además actualizar nuestras gasolineras en la aplicación de toda la normativa que de forma continua nos afectan”. Zamorano destaca que los integrantes de la asociación gaditana “formamos la gran familia de gasolineras”, y añade que “los contactos personales que he tenido con los asociados han sido continuos. Todos los años celebramos nuestra asamblea anual y una comida de hermandad donde participan, invitados por la asociación, los asociados y sus familiares. Se trata de afianzar una convivencia fundamental para mantener viva la unión de los asociados y, además, vernos personalmente para comentar las novedades, cambios e incidencias de cada uno”. El empresario remarca que “la comunicación e información son fundamentales y muy necesarias (…), máxime en los tiempos de dificultad como los actuales”. En este sentido, Zamorano apunta que la gestión de “la tragedia del coronavirus es un ejemplo”, puesto que desde el colectivo provincial se ha enviado “toda la información que recibimos de CEEES”, lo que permite que los asociados valoren “lo importante que es pertenecer a una agrupación profesional que les ayuda a resolver muchos problemas que de forma individual -al carecer de medios que permitan estar al día de todo aquello que deben conocer y aplicar en sus empresas- no resolverían con la misma agilidad y certeza”. En los 29 años en los que nuestro protagonista ha estado el frente la asociación, "ningún socio se ha dado de baja de la misma por estar en desacuerdo con el funcionamiento del colectivo", subraya, para añadir que “me marcho muy satisfecho de mi labor durante tantos años y, además, con el reconocimiento de los compañeros”. ¿Cuáles son los principales avances que se han logrado en el sector durante las casi tres décadas en las que ha estado al frente de la asociación gaditana? En los últimos años nuestro sector ha dado un giro de 180 grados. En el año que inicié mi presidencia (1992) se produjeron dos acontecimientos importantísimos para el sector gaditano: la desaparición del monopolio en el sector y la celebración Expo de Sevilla, para la que se construyó la autovía Sevilla-Madrid. Al pasar nuestros contratos del monopolio a firmarlos con petroleras cambió el concepto, y se pasó de gasolineras a estaciones de servicio, puesto que los negocios se transformaron y se modernizaron las existentes, dando como resultado una red en la que se ofrece a los clientes otros servicios y productos: áreas de lavado, tiendas, cafeterías, restaurantes… Se abrieron así nuevas fuentes de ingresos y se crearon miles de puestos de trabajo. España consiguió en pocos años la red de estaciones de servicio más moderna de Europa. "Los cambios en las estaciones de servicio para la próxima década son un enigma, puesto que se plantea la descarbonización de la economía europea y la supresión del uso de los combustibles fósiles"
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