Estaciones de servicio_ES358

85 LAVADO LA CARRETERA GENERA RIQUEZA Aunque cuenta con un censo que roza los 16.000 residentes, Tarancón es un municipio con una población flotante de unos 20.000 habitantes cuya histo- ria ha estado ligada, durante las últimas décadas, a la carretera de Valencia, cuyos trazados -el actual de la A3 y el antiguo de la N-III- discurren por su término municipal. Las instalaciones del área de lavado Tienmar se asien- tan junto al trazado de la antigua carretera nacional, en la actual Avenida Adolfo Suárez, justo detrás del cocedero de mariscos propiedad de Alejandro Leganés. El municipio conquense está creciendo gracias a su buena ubicación y al deseo del ayun- tamiento “de captar inversión poniendo suelo a disposición de las empresas que quieran insta- larse aquí”, declara Leganés, quien remarca que “estamos muy bien ubicados, a menos de una hora de Madrid y eso hay compañías que lo agradecen. Además de Incarlopsa, que lleva aquí toda su vida, también se están ubicando empresas de paquetería, algunas marcas de ropa muy conocidas que quieren tener aquí sus alma- cenes…, y eso es muy bueno para el pueblo”, apostilla. A pesar de las dificultades debidas a la pandemia del coronavirus, el plan de negocio de diseñado por Tienmar se está cumpliendo. tro boxes nuevos. A pesar de que los anteriores funcionan bien, es cierto que no tienen algunos programas que sí tienen los nuevos, por lo que los clientes esperan para poder lavar sus coches en los nuevos boxes”, afirma con cierto pesar nuestro interlocutor, quien admite que “los clientes quieren probar lo nuevo y cuando lo hacen no quieren cambiar”. UNA EMPRESA “COMO LAS DE ANTES” Leganés remarca que “para mí la robustez de los equipos de Lavarte, lo bien rematados que están, es muy importante, ya que hacen un trabajo muy duro y deben soportar las heladas del invierno y a las altas temperaturas del verano. Por nues- tra experiencia con Lavarte sabemos que estas máquinas van a aguantar perfectamente el clima que tenemos en Tarancón”, augura. En unmundo como el actual, en el que las costumbres de un mundo analó- gico que sigue presente, y en muchos casos muy vivo, parecen ser un las- tre para los gurús de la modernidad más tecnológica, nuestro interlocutor