AGUAS RESIDUALES URBANAS E INDUSTRIALES 28 El agua es el principal vector de transporte de microplásticos y, en este sentido, las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDARs) deben considerarse puntos críticos para abordar este problema ambiental Figura 2. Esquema de las etapas llevadas a cabo habitualmente en una EDAR durante el proceso de tratamiento de aguas residuales indicando las eficacias de eliminación de MPs en cada una de las etapas [7,20]. muestran una amplia dispersión de datos (entre 0.28-31400 MPs/L y entre no detectado y 199 microfibras/L, respectivamente). Más de la mitad de estos MPs corresponden a microfibras. En los efluentes, las concentraciones de MPs descritas en la bibliografía varían entre no detectado y 750 MPs/L y la abundancia de microfibras es similar a la encontrada en el influente (50-60%). En promedio, una EDAR puede recibir entre 5.9x106 y 2.2x1012 microfibras/día y emitir al medio ambiente entre 2.1x104 y 1.1x1010 microfibras/día [19]. TECNOLOGÍAS PARA LA ELIMINACIÓN DE MICROPLÁSTICOS Y MICROFIBRAS EN EDARS En una EDAR convencional, el tratamiento de las aguas residuales se realiza en diferentes etapas que se pueden clasificar en: pretratamiento, tratamiento primario, tratamiento secundario y tratamiento terciario (Figura 2). El pretratamiento consiste en una serie de procesos físicos llevados a cabo mediante sistemas de desbaste y desarenado-desengrasado y tiene por objetivo eliminar los sólidos de gran tamaño presentes en las aguas residuales con el fin de evitar obstrucciones y otros problemas que afectarían el correcto funcionamiento de la instalación. Diferentes trabajos han analizado la incidencia de MPs en esta etapa, en concreto, el pretratamiento puede llegar a eliminar el 45% de los microplásticos presentes en el agua bruta [20]. A continuación, tiene lugar el tratamiento primario que consiste en una decantación para eliminar los sólidos en suspensión. La combinación del tratamiento primario junto con el pretratamiento reduce notablemente la concentración de MPs en el agua residual (78-98%) respecto al agua bruta. Una vez que los lodos primarios se separan de las aguas residuales, el efluente del tratamiento primario se somete a un tratamiento secundario que consiste habitualmente en un proceso convencional de fangos activos (CAS), seguido de una decantación secundaria que separa el agua tratada del lodo secundario. Esta etapa muestra eficiencias de eliminación de MPs entre el 37-88%, respecto al efluente primario [7,20]. Finalmente, se suele emplear un tratamiento terciario, siendo el más habitual un proceso de coagulaciónfloculación seguido de una etapa de desinfección por cloración o radiación UV. Con respecto al efluente secundario, la cloración es capaz de eliminar únicamente un 7% [21]. En general, las instalaciones más efectivas son aquellas que emplean biorreactores de membrana (MBR), alcanzando eficiencias cercanas al 100% [7,22,23]. Sin embargo, dependiendo de las características de las aguas residuales y de las condiciones de funcionamiento, se han descrito eficiencias inferiores al 80% [24] e incluso del 25% [25]. Desde un punto de vista económico y en comparación con otros procesos, los MBR presen-
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