EP23 - Enviropres
ENTREVISTA 9 A nivel general, ¿cómo describiría la situación que atraviesa España en materia de gestión de residuos? Actualmente, vamos con 15 años de retraso respecto a algunos de nuestros vecinos europeos. El pasado año fue crucial, pues era la fecha marcada en el calendario y establecida como primer e importante hito de la Unión Europea en materia de gestión de residuos. El objetivo definido era el de reciclar el 50% de los residuos, un por- centaje que no hemos cumplido si tenemos en cuenta los últimos datos del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico correspondientes a 2018. Según estas últimas cifras publicadas, España generó un total de 22,2 millones de toneladas de residuos urbanos, de los que el 53,4% (11,8 millones de toneladas) tuvieron como destino final el vertedero, mientras que tan solo el 18% (4 Mt) se reciclaron y el 17% (3,7 Mt) se dedicaron a compostaje. El 11,6% (2,5 Mt) restante de residuos se valorizaron energéticamente. Estos datos ponen de relieve que el porcentaje de vertido es muy alto y continúa muy alejado de los países europeos más avanzados y con más tradición medioambiental. Desde Aeversu, insistimos en la necesidad de desincentivar el vertido para reducir este porcentaje. Debemos enten- der la valorización energética como una parte esencial de la Economía Circular. Sin ella, no es posible completar el ciclo de recuperación de los residuos y la consiguiente transformación en recursos. ¿En qué lugar nos encontramos con respecto a los países de nuestro entorno? De acuerdo con las cifras publicadas por Eurostat corres- pondientes al año 2019 sobre generación y gestión de residuos municipales en la Unión Europea, España se sitúa como el quinto país de la UE-27 con mayor cantidad de residuos depositados en vertedero per cápita y el que más residuos vierte en términos absolutos. Por el contra- rio, es de los que menos cantidad de residuos valoriza energéticamente, ocupando la decimoséptima posición. ¿Qué nos señalan estas cifras? La respuesta es clara. La tasa de vertido continúa siendo muy alta, y más si nos comparamos con nuestros vecinos europeos más avan- zados en materia medioambiental, donde sus niveles de vertido son inferiores al 3%. Este dato nos enseña que, en aquellos países que más se recicla y más se valoriza energéticamente, menos residuos se llevan al vertedero. El reciclaje y la valorización energética son vasos comunicantes, van de la mano, son eslabones de la misma cadena dentro de la Economía Circular. ¿Cuál es el impacto climático de la actividad de una planta de valorización energética? ¿Qué papel tiene dicha actividad en las políticas de gestión de residuos y de reducciónde emisiones? ¿Qué niveles de CO 2 emiten a la atmósfera las plantas de valorización energética en comparación con las emisiones de los vertederos? Existe una gran diferencia entre los vertederos y las plantas de valorización energética en cuanto al impacto climá- tico y, en concreto, la emisión de CO 2 . Según un informe elaborado por G-Advisory, firma de asesoramiento inde- pendiente del Grupo Garrigues, en España los vertederos generan unas emisiones de GEI de 781kg CO 2 e / t RU, un 107% más que la valorización energética, y cuentan con un balance neto de 772 kg CO 2 e /t RU, un 245% más que la valorización energética. Tampoco podemos olvidar que estas instalaciones reducen el volumen de los residuos en torno al 96-98%. Además, los exhaustivos controles medioambientales a los que se someten las instalaciones de valorización energé- tica garantizan que sus niveles de emisión se encuentren muy por debajo de los límites legales, llevando a cabo una operativa absolutamente respetuosa con el entorno. Por otro lado, la electricidad que se produce es renova- ble en más de un 50% debido al origen biogénico de los residuos, y la tecnología empleada para esta conversión es una de las alternativas más eficaces para reducir las emisiones de CO 2 y para ahorrar los recursos limitados de combustibles fósiles utilizados por las centrales eléc- tricas tradicionales. En definitiva, el impacto en cuanto a emisiones de CO 2 de la valorización energética es positivo ya que, por un lado, elimina las emisiones que generan los vertederos, pero, por otro, sustituye las emisiones por la energía eléctrica que genera y los metales que recicla. En un futuro, cuando se incluyan los porcentajes de energía renovable en el mix energético, esperamos también que los plásticos, que son la principal fuente de CO 2 fósil en la valorización energé- tica, cambien a un origen biogénico, lo que nos permitirá seguir generando energía renovable.
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