EP23 - Enviropres

ENTREVISTA 49 no se movilice a la biosfera, sino que nos mantengamos dentro de la cadena del carbono de la naturaleza: las bac- terias transforman los residuos en bioplásticos, se vuelve a degradar y da lugar a nuevas bacterias, que a su vez pue- den generar bioproductos y CO 2 , que las plantas vuelven a captar. Entra todo dentro del ciclo de la biosfera. Si usá- semos este modelo productivo, las emisiones finales de CO 2 se reducirían considerablemente. ¿Cómo se lleva a cabo el proceso de producción de bioplásticos? Hay tres tipos de producción. Por una parte, los que se pro- ducen a partir de polímeros naturales, como las bolsas de patata, que se hacen con bioplásticos que generalmente se componen de almidón con plastificantes. Por otra parte, los bioplásticos que se producen mediante la producción de biotecnología de sus componentes monoméricos, no del polímero propiamente dicho. Por ejemplo, las bolsas de plástico de toda la vida se hacen con polietileno. Pero si las hacemos mediante procesos biotecnológicos podemos utilizar bioetanol de origen vegetal, que, mediante un proceso químico, se con- vierte en etileno para generar biopolietileno. El proceso que mayoritariamente tra- bajamos en el laboratorio se basa en la utilización de bacterias. Son capaces de producir un plástico, que es un poliéster a partir demateria orgá- nica. El plástico, tal y como se extrae de la bacteria, no se puede usar; hay que aditivarlo con otros componentes para darle las propiedades que se buscan. En el laboratorio modificamos genéticamente o acondicionamos las bacterias para que, a partir de la fuente renovable de la que partamos (gas atmosférico o un residuo alimentario), sean capaces de producir un plás- tico que tendrá unas u otras propiedades según la bacteria que apliquemos en el proceso. Nosotros usamos basu- ras de todo tipo. Las bacterias transforman esos residuos mediante sus redes metabólicas, acumulan los compues- tos en su interior, y después, los extraemos y se los damos a las industrias para que desarrollen sus formulaciones y fabriquen el mismo tipo de utensilios que produce la industria con plásticos convencionales. Además, el fabri- cante puede modular las propiedades de los materiales utilizando química de polímeros. Todas esas propiedades son fabulosas, pero no podemos obviar la parte ambiental, la contaminación que conlleva el proceso de fabricación. Hay que llegar a un punto intermedio. Los envases basados en bioplásticos compostables, ¿ya están en los supermercados? Menos de lo que nos gustaría. Aun así, ahora mismo hay un crecimiento brutal de este tipo de compuestos debido a la normativa europea, que obliga a las empresas a cum- plir con determinados porcentajes de reciclabilidad y sostenibilidad. Por eso, el mercado de estos materiales va viento en popa. Hay muchas empresas que fabrican materiales plásticos a partir de formulaciones que no conocemos con exactitud. El envase, por ejemplo, debe tener una certificación que diga que es de base biológica y compostable, según la norma correspondiente, que indique cómo tienes que reciclarlo y, en resumen, que defina exactamente cuál es su impacto ambiental. Pero no sé si podemos pedir a las compañías que nos revelen su formulación exacta, puesto que eso forma parte del secreto industrial. ¿Cómo se llega al punto intermedio que menciona- bas antes? Generalmente es complicado reciclar envases alimentarios cuando son muy sofisticados. Pensemos, por ejemplo, en los sobres que tienen restos de algún polvo deshidratado. Por su composición es difícil reciclarlos, pero sus propiedades son excelentes para mante- ner el alimento en buenas condiciones. Hay que buscar el equilibrio entre pro- ducir un material con unas propiedades adecuadas para lo que lo quieres apli- car y que además se pueda reciclar o compostar. Y también debemos trasladar a la sociedad la idea de que no necesitamos tantas cosas. El fabricante puede ofrecer una fruta muy bonita en un envase que resulte atractivo porque busca atraer al consumi- dor, pero hay que educar a ese consumidor para que entienda que si le dan una bolsa de papel también le vale. ¿Cuáles son las limitaciones de los bioplásticos? Hay muchas limitaciones. A nivel mundial, estamos pro- duciendo cantidades ingentes de plástico convencional –el que procede de la industria petroquímica–: aproxima- damente 350 millones de toneladas al año. En los años sesenta eran unos 15 millones de toneladas. En cuanto a los plásticos de base biológica, estamos produciendo al menos un 1% de esa cantidad, más o menos 3 millones de toneladas. La tecnología existe; de hecho, en nuestro centro la tenemos. El problema es la capacidad de pro- ducción. Pensemos en una empresa que hace plásticos. Tiene sus equipos y plantas de producción para fabricar- los, envasarlos, etc. Y le decimos: “Desmantele todo esto e introduzca un montón de tanques de producción con bacterias. Pero además consiga la cantidad de basura necesaria para generar millones de toneladas”. Eso es imposible. Vamos a aumentar mucho la producción de bioplásticos. En los próximos años, si la demanda

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