EF498 - EuroFach

59 COMPONENTES La atención sanitaria a domicilio ha cobrado una enorme importancia en los últimos años, impulsada por factores como el envejecimiento de la población, el aumento de los costes sanitarios y los requisitos de protección y autodiagnóstico que ha suscitado la pandemia de coronavirus. Los pacientes tienen ahora más opciones para tratar sus dolencias crónicas, recibir cuidados postoperatorios e incluso realizar diagnósticos en casa. Sin embargo, esta transición del hospital al hogar requiere un sistema fiable de dispositivos médicos interconectados. Los conectores médicos son el eje de este sistema, ya que facilitan el flujo de datos y alimentación entre los dispositivos al tiempo que mantienen la seguridad del paciente. Insider Intelligence predice que el mercado mundial de sistemas de monitorización remota de pacientes alcanzará un valor de 1.700 millones de dólares en 2027. Del mismo modo, un reciente informe de McKinsey indica que la asistencia a domicilio tiene potencial para ofrecer a los consumidores una atención de mayor calidad a menor coste para los sistemas sanitarios. Esto es posible gracias a los adelantos en tecnología de dispositivos médicos, en particular las innovaciones realizadas en el diseño de los conectores eléctricos. REQUISITOS DE LOS CONECTORES DOMÉSTICOS Los conectores médicos para atención sanitaria a domicilio son las estrellas de los sistemas sanitarios modernos, pues permiten el funcionamiento fluido de los dispositivos médicos interconectados en la comodidad de los hogares de los pacientes. Estos conectores deben ser resistentes para soportar un intenso uso diario, contar con protección de sellado IP67 contra la entrada de sólidos y agua, y estar equipados con blindaje EMI que optimice la transmisión fiable de datos. Si bien estas cualidades son ventajosas para los conectores de atención sanitaria a domicilio, las expectativas de los pacientes difieren. Los conectores médicos también deben ser fáciles de limpiar y desinfectar para evitar la propagación de infecciones. Los materiales lisos y no porosos, como el plástico, y los diseños sellados son esenciales en este sentido. Cuando se emplean dispositivos médicos en un entorno doméstico, como pruebas de glucosa o monitorización de la tensión arterial, las limitaciones de espacio pueden ser un problema. Los pacientes pueden tener limitaciones de movilidad debido a su estado de salud, por lo que los dispositivos con diseños voluminosos y cableado intrincado resultan poco prácticos. En el caso de los dispositivos médicos de uso doméstico, los conectores push-pull de plástico suelen ser los preferidos por su rentabilidad y sus propiedades higiénicas en comparación con las alternativas metálicas. Su tamaño compacto los convierte en idóneos para dispositivos médicos portátiles o corporales, lo que evita que los pacientes sufran las molestias de aparatos poco manejables y complicados. Asimismo, los conectores de plástico no son conductores, lo que reduce el riesgo de descargas eléctricas o de interferencias mientras se utiliza el dispositivo. Son además más resistentes a la corrosión y pueden soportar la exposición a diversas condiciones ambientales, por lo que resultan fiables para uso duradero. Los dispositivos domésticos también deben soportar una manipulación brusca. Los componentes eléctricos de los dispositivos se pueden desgastar y deteriorar cuando los pacientes los llevan en una bolsa o en el bolsillo. Los conectores de plástico son preferibles a los de metal porque, si se dañan, son más fáciles de conseguir y más baratos de sustituir. Los conectores médicos para atención sanitaria a domicilio son las estrellas de los sistemas sanitarios modernos, pues permiten el funcionamiento fluido de los dispositivos médicos interconectados en la comodidad de los hogares de los pacientes

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