ACTUALIDAD Cátedras patrocinadas El proceso de industrialización pasará, inevitablemente, por la investigación para crear desde nuevos materiales (o mejora de los presentes) hasta nuevas técnicas. Todo cambio necesita de un proceso de ensayo-error para mejorar. Estas pruebas no pueden desarrollarse directamente en el que será un nuevo edificio -justamente por el posible error-. Será necesario una evolución de estos hasta lograr un producto o nuevos procedimientos con garantías de éxito. Toda esta fase de desarrollo y mejora deberá llevarse a cabo en entidades que dispongan de herramientas y capacidad de trabajo, así como conocimiento holístico de trabajos similares, que se estén desarrollando simultáneamente o colaborar de forma coordinada con ellos. La plataforma para estos procesos podría ser la universidad, promoviendo, así, la relación empresa-academia. Esta simbiosis no es una relación nueva, pero sí poco promovida en las universidades nacionales. Los beneficios para ambas partes son indiscutibles: para los primeros, desarrollo y mejora del producto o técnica. Para los segundos, líneas de estudio dirigido y proyectos aplicados a la realidad, lo que genera entusiasmo y motivación. El talento y metodología es indiscutible que se encuentra en las universidades y en las nuevas generaciones de técnicos. Quizás de lo que pueden ir faltados es justamente de proyectos o líneas de investigación relacionadas con la realidad constructiva actuales. Por la otra parte, industriales con gran conocimiento de las técnicas y de sus productos pueden intuir cuáles serían las líneas de mejora, cambio o evolución. Estos dos polos generan un binomio de energía y emprendimiento que se enriquecen y evolucionan conjuntamente. Y, posiblemente, el mejor escenario para esta unión pueden ser las cátedras patrocinadas. El patrocinador no tiene por qué ser una sola empresa. Gremios o corporaciones podrían auspiciar estas cátedras. Estos con objetivos e inquietudes similares pueden proporcionar líneas de investigación y desarrollo para sus productos, con la finalidad de ser más competitivos y fortalecer su presencia en el mercado. Hay varios factores que presagian virtudes de este modelo: la presencia de diferentes cátedras en una misma universidad proporcionará la relación entre corporaciones, lo que generará mejora en los procesos y puesta en obra de los diferentes materiales. Formar parte de la fase docente de innumerables futuros técnicos generará la presencia en el mercado del producto. Por último, el análisis del ciclo de vida de los productos y técnicas, contabilizando las emisiones de estos, proporcionará información fiable sobre unos datos cada vez más relevantes en la caracterización de los materiales. Así pues, des de esta editorial, se anima a la unión de estos dos actores, empresa y universidad, que pueden proporcionarse energía e inercias positivas. El contexto histórico, el sector y la catedra pasan por un momento en que converger les revalorizará a los tres, ¡no desaprovechemos la oportunidad! EDITORIAL Oriol Muntané, Doctor Arquitecto y profesor de la UPC
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