OPINIÓN ¿Cree que estos nuevos modelos darán lugar a una nueva formalización de la arquitectura? Hay dos dimensiones. Por un lado, la dimensión arquitectónica pura y dura; y luego está la dimensión propiamente de ingeniería de edificación, de la construcción y demás. Yo he sido uno de los defensores que esto no va de cambiar el hormigón por la madera, ni el ladrillo por una materialidad más renovable, sino de crear una nueva estética y una nueva cultura. De la misma manera que, por ejemplo, en los rascacielos, el muro cortina o las estructuras metálicas permitieron hacer estos grandes edificios que vimos inicialmente en Estados Unidos y que luego han ido apareciendo en todas las ciudades como un cambio de paradigma. Ya no eran pilas de ladrillo sino grandes edificios de cristal, con muros cortina, con unas grandes vigas que permitían crear grandes espacios, plantas más flexibles... A mí me gustaría que todo este movimiento de industrialización, con la construcción en materiales renovables de bajas de emisiones, genere también una nueva estética en la ciudad. Ya hay algunos ejemplos de estas materialidades renovables que se empiezan a enseñar, o se construyen edificios que empiezan a incorporar más vegetación y árboles, generando una estética diferente, que no se entienda como el edificio en contraposición al medio natural, sino de crear estos híbridos de naturalezaciudad, generando una nueva conexión con los edificios. ¿Están investigando y/o probando nuevas tipologías en Valladaura Labs? En Valldaura Labs hemos hecho en los últimos cuatrocinco años varios prototipos, sobre todo, construidos con nuestra propia madera, que es uno de los recursos que tenemos en el entorno. No obstante, recientemente con la casa impresa en 3D hemos conseguido un complemento como una novedad en Valladaura Labs muy acertada porque, en el fondo, es un proyecto que conceptualmente es igual que con los de madera simplemente que cambia la materialidad. La obsesión es construir con lo que hay alrededor, para comprender que construir de manera vernacular no implica que se deban hacer cosas muy antiguas y primitivas, sino que el material que tengo le aplico inteligencia, a partir de las herramientas y la tecnología, para tener la capacidad de hacer construcciones muy avanzadas. Acabamos de hacer también un prototipo muy nuevo en Valldaura Labs que se llama Flora, que es el acrónimo de Forest Lab Observatory for Research and Analysis. Un prototipo que nos está permitiendo instalar una especie de plataforma de investigación, para que otros investigadores puedan acceder a los doseles de los árboles. Todo ello viene de una teoría impulsada por una bióloga estadounidense muy importante, que lleva muchos años analizando el dosel y dice que la manera de saber cómo está el planeta es estudiando la diversidad que hay en el dosel, es decir, la parte de arriba de los bosques. Siguiendo su liderazgo y en el contexto de los eventos alrededor de la Ciudad Europea de los Bosques, en el que este año Barcelona es la ciudad elegida. Por este motivo, decidimos hacer este prototipo que permitía esta nueva manera de relacionarse con la naturaleza. Este modelo sigue la misma lógica que los anteriores sobre de dónde procede la madera, para industrialización de grandes vigas de hasta quince metros, en unas instalaciones muy pequeñas donde los propios estudiantes demuestran que estos edificios de km0 son posibles. ¿Cómo es el proceso de innovación en un sector tan tradicional? Hay dos aspectos importantes. Una procede de las presiones en los marcos regulatorios. Es decir, que a nivel normativo cada vez exijan construcciones de menos emisiones. Pero también a nivel económico, porque el día que este tipo de materialidades vayan disminuyendo sus precios, además de si ventaja en materia de eficiencia impulsará su adaptación. Por poner un ejemplo, Francia acaba de aprobar una ley que promulga que, para finales de este año, todos aquellos edificios que estén financiados por la República Francesa tendrán que tener el 50% de sus materiales construidos en madera o en una materialidad renovable. Es decir, es una ley que básicamente establece que si quieres construir con dinero de la República tiene que ser en madera y sostenible. Esto ocurre en el país vecino, imagínate que en España hubiera una ley similar. Lo que te está diciendo implícitamente es que la estructura de estos edificios debe ser en una materialidad renovable. Indiscutiblemente, si estuviéramos en otro clima posiblemente emplearíamos el bambú, aquí quedan menos opciones y básicamente tenemos la madera. Cambios regulatorios en la normativa como lo que pasa en Francia o, por ejemplo, imponer un impuesto sobre el carbono en las huellas embebidas en la edificación sería otro cambio extremadamente radical. O simplemente que la eficiencia propia de la industrialización empiece, como está pasando, a reducir sus costes y los plazos de entrega, presentándose como una oportunidad que todo el mundo quiera abrazar, porque tiene eficiencia respecto a sistemas más tradicionales. ¿La madera es la solución a la nueva construcción? ¿Puede llegar a ser un sustituto al hormigón y el acero? Sí y no. Creo que el hormigón y el acero y otras materialidades que son altamente contaminantes, por sus grandes huellas de energía y de emisiones embebidas durante su construcción, siguen teniendo un rol muy importante. Es decir, no puedes hacer grandes infraestructuras como un puente de una autovía en madera o hacer una presa con madera. El hormigón sigue teniendo su rol. De alguna manera hay que emplearlo, pero cuando tenga sentido su uso. En aquellas construcciones en las que se pueda 24
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