73 Sin embargo, uno de los aspectos que más se debatió en la mesa fue la responsabilidad del proyecto. Valladares admitía que “el arquitecto es el encargado de adaptar los diseños, pero existe un debate muy fuerte en el mercado, ya que la persona que desarrolla un proyecto debe ir a la obra y firmar su responsabilidad, pero es difícil encontrar a profesionales con ganas de implicarse”. A lo que Ballesteros añadía que “si a esto le sumamos la estructura, climatización, fontanería, etc., el problema se dispara. No obstante, la industrialización ha resuelto muchos de los problemas desde la fase de diseño, ya que podemos hacer un 'show drawing' previo”. Para Grimalt “si atendemos a la jurisprudencia, debe redefinirse y definir las responsabilidades. Debe regularizarse, ya que no se ha adaptado a este nuevo escenario”. Para ello, “solo puede crecer la industria si todos colaboramos. Arquitectos e ingenierías están a favor la industria, viendo una posibilidad para crecer e invertir en I+D”, aportaba Fernández. Así que a la certificación de calidad, la industrialización debe conllevar una responsabilidad colaborativa, ya que el modelo constructivo se ha transformado en un nuevo paradigma más eficiente desde la fase de diseño, donde todos los agentes participan en un programa abierto y transparente. Precisamente, este nuevo marco regulativo, que debe definir las nuevas líneas de actuación en el sector, fue el tema de debate en la última mesa redonda de este congreso, bajo el título ‘ESG (environment, social and governance) en la construcción industrializada’, que contó con la participación de Carlos Lasarte, socio finance de Cuatrecases; José María Echevarría, socio tax de Cuatrecases; Julio Brasa, socio de urbanismo de Cuatrecases; Natalia Pifarré, asociada de urbanismo y medio ambiente de Cuatrecases; Joaquim Lozano, asociado de ESG y público de Cuatrecases; y Joaquín Garaulet, socio de inmobiliario de Cuatrecasas; con Elisabeth de Nadal, socia responsable de ESG y Derechos Humanos de Cuatrecasas como moderadora. La sostenibilidad es uno de los temas trascendentales en la construcción industrializada, ya que no solo apuesta por la elección de materiales menos nocivos para la salud, unos acabados de primera calidad y una reducción de los plazos de entrega, sino que está en el ADN de la industrialización en la construcción. En este sentido, se consigue reducir los residuos en obra y permite que la construcción sea en seco. “La sostenibilidad marca el nuevo reglamento de taxonomía, donde la UE ha establecido qué actividades son sostenibles, para contribuir a uno de los 6 objetivos que se han definido medioambientalmente y ver si el sector contribuye a la mitigación del cambio climático. Por ello, se va a pedir desde que tenga una demanda de energía un 10% menor hasta la construcción de edificios casi nulos”, comentaba al respecto Joaquín Lozano, quien añadía que “los sellos verdes deben demostrar que lo que se está realizando es sostenible”. En este sentido, Natalia Pifarré remarcaba que “el proceso constructivo desde fábrica como luego el montaje e incluso los materiales contribuirían a la obtenDe izquierda a derecha: María José Piccio-Marchetti, directora general de Vivienda y Rehabilitación de la Comunidad de Madrid; Roberto Rey, presidente y CEO de Gloval; Sebastián Barrio, director del Centro de Negocio Inmobiliario de Banco Sabadell; Diego de la Viña, director general de Bruzon Correduría de Seguros; e Ignacio Fernández, director de Bruzon Financial Services (BFS) ción de certificados, reducir desperdicios, residuos… Otro punto es la automatización de procesos y el ensamblaje por módulos que reducen el grado de error y mejoran su aislamiento térmico y acústico para crear mayor estanqueidad que en otros procesos”. No obstante, la sostenibilidad ahora mismo no es un concepto vendible ni para promotores-constructores ni para usuario final. No obstante, desde la Administración Pública deben apostar por un sistema que no solo desarrolla materiales tecnológicos más resistentes y eficientes, sino que es fácilmente trazable. “Legalizar la construcción industrializada supondría un cambio de los proyectos en los que ya trabajamos. La Normativa LOE es del año 99, la ley nunca va a ir por delante de las innovaciones en este campo, por lo que se ha quedado un poco atrás de las necesidades de la construcción industrializada. De este modo, los contratos se basan en el criterio tradicional y, desde un punto de vista de colaboración, se requiere desde el primer momento que incluya ya en el propio diseño al contratista/fabricante de las piezas industrializadas y a los ingenieros y eso propicia la necesidad de modificar los contratos como están planteados actualmente”, remarcaba Lozano. “Hay que tener en cuenta desde el punto de vista jurídico, si no es solo el arquitecto
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