ACTUALIDAD GÉNERO Y VALORIZACIÓN Esta editorial pendula entre dos polos aparentemente sin ninguna relación: el género de los actores en la construcción y los residuos. Su relación estiba en que estos serán seguramente los cambios más sustanciales que desencadenará la industrialización del sector. Empecemos por el género. La industrialización de la construcción generará nuevos puestos de trabajo dirigidos a personal más formado y cualificado. Y no me refiero únicamente a técnicos y técnicas (arquitectos y arquitectos técnicos o aparejadores), sino a todo el vano del personal que actúan en la construcción. Hasta los trabajos a pie de obra, van derivando en un ensamble de ‘piezas’ prefabricadas, trabajos aptos para todo perfil de persona con la formación necesaria. A modo de ejemplo. Hace unas semanas tuve el honor de asistir a la ‘Trobada anual d’Arquitectes 2023’ del Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña, demarcación de Lleida. En esta se homenajeaba a los arquitectos que hace 50 y 25 años que se colegiaron y los nuevos arquitectos y arquitectas. Entre el grupo con más experiencia (50 años colegiados) había tres personas: tres hombres. Entre los 11 que llevamos 25 años en la profesión éramos 6 hombres y 5 mujeres (casi paridad). Los nuevos colegiados eran 7 mujeres y 2 hombres (casi el 80% de mujeres). Seguro que la demarcación de Lleida no es la mayor de España, pero probablemente los porcentajes entre hombres y mujeres son muy parecidos en todo el territorio. El siguiente tema: los residuos. A mediados del pasado año se aprobó la ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular. En esta se define los porcentajes de residuos que deben ser valorizados y transformados en nuevos productos aptos para su utilización. Si en una cosa aventaja la industria a la construcción tradicional es en la capacidad de minimizar el residuo y optimizar los procesos. Así pues, es de suponer que la industrialización de la construcción simplificará enormemente la implementación de la nueva ley, de por sí exigente y ambiciosa. Para cerciorarse que la industrialización es el único camino posible en las nuevas construcciones, una referencia a Antonio Turiel en la lección inaugural en la Escuela de Arquitectura del Vallés, de la Universidad Politécnica de Cataluña. A pesar que las perspectivas no son optimistas y que ya no podemos evitar las consecuencias del crecimiento continuado durante décadas, en sus recomendaciones para las nuevas sociedades, los dos últimos puntos a que hacía referencia eran (copiados literalmente de la imagen de su conferencia): - Se puede reducir el volumen de residuos y reaprovecharlos (economía circular). - Se puede contener el problema poblacional empoderando a las mujeres (cosa igualmente de justicia). Ya ven, la doble mirada en cualquier ámbito mejora los procesos y calidad de los productos, a día de hoy esto ya es indudable. En segundo lugar, y emulando a nuestros antepasados, no hay residuo que no deba valorizarse para cerrar los ciclos y crear un nuevo producto. Así pues, quizás tarde y con deberes pendientes, pero estamos en el camino correcto. EDITORIAL Oriol Muntané Doctor Arquitecto y Profesor de la UPC
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